La última carta del Feniano William Allen

El 18 de septiembre de 1867, unos 50 fenianos irlandeses, liderados por William Allen, atacaron un furgón de la prisión custodiado por un gran número de policías en Hyde Road, en Manchester, Inglaterra. Su objetivo era liberar a dos importantes prisioneros fenianos, Thomas J. Kelly y Timothy Deasy. En el proceso de liberación de los hombres, tras intentos de forzar la cerradura del vehículo policial donde conducían a los Fenianos y viendo la imposibilidad de hacerlo con barras y demás, se dice que un feniano disparo a la cerradura  entrando la bala al interior del vehículo, donde estaba un sargento de policía, Charles Brett, que recibió un impacto mortal directo.

26 hombres fueron finalmente juzgados por su participación en el ataque. Tres de ellos, William Allen, Michael O'Brien y Michael Larkin, que llegaron a ser conocidos como los "mártires de Manchester", fueron ahorcados frente a unas 10.000 personas el 23 de noviembre de 1867 por su participación en el asalto al vehículo, y los acontecimientos que rodearon el ataque pasaron a formar parte del folclore nacionalista irlandés.

Los tres hombres ejecutados nacieron en Irlanda: William Allen procedía de Bandon, Condado de Cork, y tenía sólo dieciocho años cuando murió. En un discurso desafiante desde el banquillo, declaró: "Moriré con orgullo y triunfo en defensa de los principios republicanos y la libertad de un pueblo oprimido y esclavizado". Michael Larkin, de 32 años, procedía de cerca de Banagher, en el condado de Offaly, y era un sastre que vivía con su mujer y su familia en Manchester. Estaba enfermo en el momento de los incidentes y luchó por escapar de la escena, y sus compañeros fueron capturados mientras le ayudaban a cruzar un terraplén ferroviario cercano. Michael O'Brien, de 31 años, de Ballymacoda, en el condado de Cork, había vivido anteriormente en Estados Unidos y había obtenido el grado de teniente del ejército estadounidense. Era un revolucionario consumado, que vivió bajo el seudónimo de William Gould mientras estuvo en Inglaterra, y los relatos de la época se refieren a él por su falsa identidad.

Hoy ponemos la última carta de William Allen:

Nueva prisión de Bailey
Salford, Inglaterra
22 de noviembre de 1867.

Queridos tío y tía Hogan:

Supongo que ésta es mi última carta para vosotros en este lado de la tumba. Oh, queridos tío y tía, si lo pensáis bien, no es nada, estoy muriendo una muerte honorable, estoy muriendo por la patria, muriendo por la tierra que me vio nacer, muriendo por la isla de los Santos y muriendo por la libertad. Casi todas las generaciones de nuestros compatriotas están sufriendo y ¿dónde está el corazón irlandés que podría permanecer impasible? Me gustaría saber qué problemas, qué persecución, qué desgracia podría separar al verdadero corazón irlandés de su propia isla natal.

Queridos tío y tía, es triste separarme de todos vosotros a mi temprana edad, pero todos debemos morir algún día u otro, unas horas más tarde y yo exhalaré mi último suspiro en suelo inglés. Oh, si pudiera ser enterrado en Irlanda; qué felicidad sería para todos mis amigos y para mí que mis compatriotas pudieran arrodillarse ante mi tumba. No puedo expresar la alegría que sentí cuando supe, querida tía Sarah, que ayer te admitieron. Querido tío, estoy seguro de que no fue un lugar muy agradable en el que tuve que recibirte a ti y a mi tía, pero debemos soportar todas las pruebas hasta que partamos de esta vida. Estoy seguro de que te dolerá mucho tenerme en un lugar así debido al testimonio de personajes como los testigos que juraron que mi vida se perdería, pero los perdono y que Dios los perdone. Estoy muriendo, gracias a Dios, como cristiano y como caballero.

Transmite mi cariño a todos los amigos de Irlanda y acepta lo mismo tú también de tu siempre afectuoso sobrino, W. P. Allen.

Adiós y recuérdame. Adiós y que el Cielo te proteja, el último deseo de tu sobrino moribundo.

W. P. ALLEN.