Ponemos un par de puntos de vista de los resultados del acuerdo alcanzado por los partidos mayoritarios en los Seis condados ocupados, en concreto pertenecen a
El País y a
Gara;
Pablo Guimón:
El conjunto de espinosos asuntos que permanecen abiertos en Irlanda del Norte desde los Acuerdos de Viernes Santo, que pusieron fin en 1998 a treinta años de lucha armada e instauraron el gobierno compartido, está ya cerca de cerrarse, después del acuerdo político y económico alcanzado tras 11 semanas de intensa negociación. Calificado de “paso adelante monumental” por el ministro principal irlandés, Peter Robinson, del Partido Democrático Unionista (DUP), el acuerdo alcanzado el martes entre los partidos de la región, con el respaldo de los gobiernos británico e irlandés, abarca la reforma de la Administración regional y su presupuesto, además de establecer mecanismos para tratar de arrojar luz sobre los crímenes no resueltos de los años de conflicto.
La urgencia de la negociación, que llevó a una maratoniana última sesión de 30 horas, procedía de la necesidad de alcanzar un acuerdo económico que, de no producirse, podría haber provocado la disolución del parlamento regional el año próximo. Londres se ha comprometido a asignar 2.000 millones de libras (2.500 millones de euros) para amortiguar el impacto del adelgazamiento de la Administración y las reformas en el sistema de la seguridad social a las que se compromete Irlanda del Norte, y que tendrá que tener listas para dentro de dos años. Además, el Gobierno británico transferirá, como ya a anunció el ministro de Economía en su declaración de otoño, el impuesto de sociedades para abril de 2017.
Los acuerdos más llamativos se dieron en el tratamiento de la memoria de lo ocurrido en los años de un conflicto que dejó más de 3.500 muertos. Se crea una Comisión Independiente para la Recuperación de la Información, al servicio de aquellos familiares de víctimas que deseen recibir información privada acerca de las circunstancias en las que murieron sus seres queridos. Las personas que participaron en los actos violentos podrán prestar su testimonio voluntariamente a la Comisión, que gozará de inmunidad y no tendrá contacto con el sistema judicial, y así establecer un mecanismo de comunicación entre unos y otros. Habrá también un Equipo de Investigaciones Históricas para revisar los 1.800 casos de violencia con víctimas no resueltos. El acuerdo incluye, además, la puesta en marcha de un Archivo de Historia Oral, para 2016, que recogerá testimonios sobre la experiencia de personas de uno y otro bandos del conflicto.
Quedó aplazada la resolución de dos cuestiones relevantes: el contencioso sobre las banderas en los edificios públicos y la organización de desfiles protestantes. Los dos asuntos, que todavía generan disturbios en la provincia británica, se volverán a discutir en posteriores negociaciones. El documento acordado, de 14 páginas, propone que los poderes para gestionar los desfiles sean traspasados de Westminster a la Asamblea norirlandesa, y ordena la creación de una comisión que tratará estos asuntos en un plazo de 18 meses.
El primer ministro conservador David Cameron se mostró “encantado” tras haberse alcanzado “un acuerdo sobre el que se puede trabajar”. “Este acuerdo”, añadió, “significa que el Gobierno británico ha sido capaz de ofrecer un paquete financiero significativo que abre la puerta a mayor prosperidad, estabilidad y seguridad económica para Irlanda del Norte”.
'Soledad Galiana':
Si el pasado año las negociaciones destinadas a solventar la crisis política en el norte acabaron en fracaso, esta vez el acuerdo ha llegado de manera casi inesperada. El pasado 12 de diciembre, el primer ministro británico David Cameron ponía sobre la mesa una propuesta insatisfactoria para todos. Diez días después, la administración de Londres ha respondido a las demandas de los políticos norirlandeses con un nuevo documento, que fue presentado a los partidos en la mañana de ayer y el acuerdo estaba sobre la mesa esa misma tarde.
Los dos principales partidos políticos norirlandeses, DUP y Sinn Féin, han apuntado a que recomendarán la aceptación de las propuestas a sus partidos. La segunda oferta del Gobierno británico tiene un valor total de casi 2.000 millones de libras (2.500 millones de euros) y se ajusta a lo exigido por los partidos norirlandeses hace diez días, cuando Cameron y el primer ministro irlandés, Enda Kenny, abandonaron las negociaciones de forma sorpresiva después de dedicarles menos de 24 horas.
Algunos de los puntos clave del documento exigen al Ejecutivo de Belfast la aprobación de un presupuesto en enero para el periodo 2015-16, así como un programa de reestructuración de servicios públicos y la reforma de los subsidios y ayudas a los desempleados que deberían ser implementados durante los próximos dos años. El coprimer ministro norirlandés, Martin McGuinness, ha declarado que Sinn Féin se asegurará de que no se reducirán los subsidios que dependen del Gobierno norirlandés. «Estas protecciones son exclusivas del norte de Irlanda y contrastan con un sistema de subsidios restringidos por políticas de austeridad que están siendo implementados en Gran Bretaña», apuntó McGuinness.
Banderas y desfiles
Londres se compromete a la aprobación de la transferencia de la recaudación del impuesto de sociedades al norte de Irlanda. Esta era una de las claves de la negociación del Ejecutivo norirlandés, que aspira a armonizar su impuesto de sociedades con el 12,5% de la república irlandesa.
Martin McGuinness destaca que se han producidos avances significativos incluyendo el paquete financiero y añade que se ha adelantado en las cuestiones de las banderas, desfiles y el legado del conflicto armado.
La cuestión de las marchas es clave para las comunidades norirlandesas. Para los unionistas o protestantes, porque las consideran parte de su tradición religiosa. Sin embargo, la presencia de miembros de organizaciones paramilitares lealistas, las provocaciones hacia las comunidades nacionalistas cuando el recorrido de esas marchas atraviesa barriadas católicas, donde las marchas se han identificado con expresiones de supremacía protestante en casos en los que los convocantes se han negado a negociar el recorrido con los vecinos, han creado situaciones de tensión y violencia durante los últimos años en el norte de Irlanda. Los unionistas han sido muy críticos hacia las decisiones de desviar el recorrido de algunos de los desfiles por parte de la comisión de marchas impuesta desde Londres, exigiendo su abolición. Ahora, la Asamblea de Belfast deberá decidir sobre cómo se procederá en esta cuestión.
«Hemos acordado un paquete financiero para tratar la cuestión del legado del conflicto y promover paz y reconciliación. Este paquete financiero también ayudará a establecer la estabilidad de las instituciones», aseguró McGuinness. «Hemos trabajado intensamente para asegurar un avance en las cuestiones de identidad, desfiles y el pasado», explicaba el líder republicano. «Sinn Féin ha defendido que cualquier proceso sobre el legado del pasado debe centrarse en las víctimas, y hemos conseguido que las familias que perdieron a alguien durante el conflicto puedan seguir buscando la verdad y justicia».
Es una cuestión clave para el norte de Irlanda, donde 3.500 personas murieron durante el conflicto y 3.300 casos siguen sin resolver. Sinn Féin ha trabajado para que la definición de «víctima» incluya a todos los afectados por el conflicto, incluyendo a miembros de los grupos armados, frente a la oposición unionista.
«También hemos acordado el establecimiento de una Comisión de banderas, identidad, cultura y tradición y que la responsabilidad sobre el recorrido de las marchas y desfiles sea transferida a la Asamblea de Belfast», añadió McGuinness.
El primer ministro británico, David Cameron, afirmó que estaba encantado con la consecución de un acuerdo, mientras que el primer ministro norirlandés, el unionista Peter Robinson, afirmaba que recomendaría el nuevo documento al ejecutivo de su partido, el DUP. Por su parte, el presidente de Sinn Féin Gerry Adams afirma que el equipo negociador del partido también recomendará las propuestas al Ard Chomairle (comité ejecutivo del partido republicano), apuntando a que el progreso que se logró ayer debe avanzar en el nuevo año.
Doce semanas intensas
Sin embargo, la visión positiva de DUP y Sinn Féin no ha sido compartida por el resto de los partidos. El líder del UUP, Mike Nesbitt, afirmó que ninguno de los partidos ha sido capaz de respaldar las propuestas al 100 %, pero considera que su partido le dará al documento «una oportunidad». Por su parte, el líder del partido de la Alianza, David Ford, apuntó que aunque acepta la propuesta, considera que lo ofrecido no responde a las necesidades de la sociedad norirlandesa. En la misma línea se manifesto el líder de SDLP, Alasdair McDonnell, que considera que el documento no ha respondido a sus expectativas en lo referido a marchas y desfiles, y que las propuestas del documento presentado por David Cameron con relación a los procesos de resolución del legado del conflicto político no llegan a los niveles de las presentadas en las negociaciones facilitadas por el diplomático estadounidense Richard Haass y la profesora de Havard Meghan O'Sullivan en diciembre del 2013.
«Por supuesto que a cada uno de nosotros nos hubiera gustado alcanzar un acuerdo más completo y exhaustivo, pero esto es más de lo que hemos conseguido hacer en estas cuestiones en el pasado», aseguraba el unionista Robinson.
Para la delegada del Gobierno británico en el norte de Irlanda, Theresa Villiers, ha sido un buen cierre a doce semanas de negociación intensas, en las que se ha dado «un verdadero paso adelante en algunas de las cuestiones críticas en el norte de Irlanda».
El ministro de Exteriores del Gobierno de Dublín, Charlie Flanagan, afirma que el acuerdo «ha llegado a tiempo, marcando mejores días para Irlanda del Norte», destacando que el documento, dividido en 75 secciones, cubre una amplia gama de cuestiones políticas, sociales y económicas. Flanagan subrayó que establece un marco exhaustivo para resolver el legado del conflicto, que incluye un archivo de historia oral, una unidad de investigación histórica específica que investigará las muertes que ocurrieron a consecuencia del conflicto, y una comisión independiente de recuperación de información, que permitirá a las víctimas y supervivientes buscar y recibir información sobre la muerte de sus familiares.