Emma Little-Pengelly.- El Día de Ulster es más que una fecha histórica: es un recordatorio del coraje y la convicción de una generación que luchó unida por su identidad y su futuro. Hombres y mujeres de todos los ámbitos de la vida, unidos por una causa común. Desde la nobleza terrateniente, los negocios y el comercio hasta quienes trabajaban en tiendas, servicios, muelles y en el hogar. Personas de todas las clases sociales y de todos los orígenes. Unidos, sin importar su orientación unionista.
El 28 de septiembre de 1912, se firmó el Pacto de Ulster no solo como un acto político, sino como un acto de fe, lealtad y profundo compromiso con la Unión.
Unió a las comunidades en una causa común y forjó el camino que recorremos hoy.
Al reflexionar, honramos a quienes nos precedieron: sus sacrificios, su perseverancia y su convicción de que la voz de Ulster importaba.
Su determinación para hacerla oír. Su claridad de que la unidad de propósito era más fuerte que aquello que nos dividía. Su ejemplo nos llama a vivir con la misma unidad y propósito común en la protección de nuestra Unión en nuestros tiempos.
El Día de Ulster nos recuerda que la historia no solo se recuerda, sino que se transmite a través de cómo vivimos y lideramos hoy.
Al pensar en su legado, recuerdo que nosotros también tenemos una responsabilidad: vivir con la misma convicción, servir fielmente a nuestras comunidades y mantenernos firmes en nuestro compromiso con la Unión.
Emma Little-Pengelly
The Revolutionists
Hace 10 horas


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