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Mural en Creggan modificado tras la muerte de McKee |
La muerte por un disparo en la cabeza de la joven periodista Lyra McKee en el transcurso de los incidentes entre jóvenes republicanos y dotaciones del PSNI que estaban desplegadas en el barrio republicano del Creggan en Derry, realizando redadas y buscando algún artefacto explosivo (que según indicaron pensaban que se iban a utilizar en las marchas de Pascua, y que no han sido encontrados) sin duda marcará un nuevo punto de inflexión en la actividad de los grupos armados republicanos, y tal vez no sea, curiosamente, la Reunificación del IRA la más afectada.
No estamos ante otro Omagh, pero estamos ante unos sucesos lo suficientemente graves como para desestabilizar lo que queda de los grupos armados Republicanos en la actual campaña post P.IRA.
No estamos en 1998, y precisamente estar en 2019 pesa más en la balanza contraria a los grupos armados en Europa; ciñéndonos a Irlanda, en 1998 había bastante gente opuesta al GFA, gente muy enfadada, gente que aún tenía ganas de continuar con la lucha armada, Omagh lo cambio todo y a casi todos; cambio la legislación 'antiterrorista', cambio las mentalidades de muchos reticentes al GFA, y obligó (con ayuda de ciertas amenazas del P.IRA) al R.IRA a declarar un alto el fuego, que rompería un par de años después.
Despues de Omagh los partidarios de la violencia armada republicana descendieron, con el paso de los años la política de ''normalización'' junto con la pura y dura represión, cada vez más sofisticada, fue ahogando más y más a estos grupos, pero, los últimos años vieron un leve repunte en la actuación de los Republicanos armados bajo las siglas del C.IRA, Óglaigh na hÉireann, R.IRA y RAAD. Esta amalgama de siglas dejó varias muertes en el camino, destacando por su simbolismo el asesinato del policía católico Stephen Carroll (por el C.IRA) en 2009 y, los ametrallamientos mortales de dos soldados británicos, Mark Quinsey y Patrick Azimkar en la base militar británica de Massereene, también en el 2009, reivindicados por el R.IRA.
Pero ese espejismo de una campaña actual de actividad armada sostenida, fue evaporándose los años posteriores. En octubre de 2009 el INLA anunciaba que ''la guerra había terminado'', meses después, en el verano de 2010 el C.IRA empezaba su descomposición en varias facciones enfrentadas, llegando al descrédito total varias de ellas, como la liderada desde Limerick (afín a LIRO- Real SF - RSF -CSF).
Sin embargo, meses después, en abril de 2011 una bomba lapa acaba con la vida de otro policía católico, Ronan Kerr, ataque que se atribuyen a la par el ÓnahÉ/ONH y lo que sería el gérmen de la Reunificación del IRA de 2012. A pesar de este ataque y de algunos más contra policías y militares -que no consiguieron su fin-, las muertes que se van sumando son de pequeños traficantes y algun ''error'' dentro de las propias comunidades republicanas/nacionalistas.
Llegamos al 2012 con la irrupción de la Reunificación del IRA (Nuevo IRA para los medios y simplemente IRA para los militantes del grupo), una amalgama de grupos que van desde RAAD, al R.IRA, pasando por pequeños grupos independientes. Los Medios darían mucha cobertura a la nueva organización, que rápidamente va adquiriendo notoriedad en detrimento de los otros grupos armados, que poco a poco van reduciendo su ya de por sí limitada capacidad operativa.
A finales de 2012 la Reunificación del IRA lleva a cabo una emboscada mortal contra el funcionario de prisiones David Black, de 52 años, atacado en la carretera entre Portadown y Lurgan cuando se dirigía a trabajar a la tristemente conocida prisión de Maghaberry, en el Condado de Antrim.
Mientras tanto, las facciones del C.IRA seguían en una fase convulsa de declive. En 2014 es abatido a tiros el conocido Republicano Tommy Crossan, ex líder del C.IRA en Belfast. En una oscura sucesión de hechos se llega a culpabilizar del ataque al Óglaigh na hÉireann, a una facción del C.IRA y a criminales comunes.
En este punto, el declive de varios de los grupos armados es más que evidente, de igual modo se aprecia claramente la larga sombra del MI5 que se maneja a su antojo entre las sombras acaparando desde hace varios años las riendas de la lucha ''antiterrorista''. Se suceden a la par las informaciones y las intoxicaciones que vinculan a los 'disidentes' con criminales de Dublin, con guerras entre traficantes y con asuntos de criminalidad común. Los asesinatos, que se dijo que lo fueron por parte de narcos, del dirigente del R.IRA en Dublín, Alan Ryan en 2012, su hermano Vincent Ryan en 2016 o sucesos como el asesinato de Aidan O'Driscoll ese mismo año, abonan el terreno para la especulación, la manipulación y la desinformación británica e Irlandesa.
En marzo de 2016, el funcionario de prisiones Adrian Ismay fallece a consecuencia de las graves heridas provocadas días atrás por el estallido de una bomba lapa que se atribuye la Reunificación del IRA.
2017 y 2018 ven un descenso significativo de las acciones armadas, las facciones del C.IRA están completamente inoperativas, Óglaigh na hÉireann lleva meses inmerso en conversaciones internas sobre el futuro de la lucha armada y que, a buen seguro, cuentan con la participación de algún servicio de inteligencia británico, ello se traduce en un alto el fuego en enero de 2018; mientras tanto, la Reunificación del IRA sólo lleva a cabo acciones muy esporádicas y sin consecuencias mortales.
Durante esos años aparecen y desaparecen una ''nueva'' amalgama de siglas, que ciertamente dejan muchas dudas sobre su verdadero origen y sobre sus intenciones. Tenemos así a AAD, Arm na Phoblachta, Irish Volunteers o Irish Republican Movement, todos ellos circunscritos en exclusiva a ataques contra supuestos ''elementos antisociales o traficantes en sus propias comunidades'', que, sin embargo, no llevan acción alguna contra el PSNI o los militares británicos. Esta variedad de grupos deja varias víctimas mortales.
Es entonces cuando entramos en el 2019, hay descontento social por la falta de gobierno autónomo en Stormont, un aumento del rechazo social a los grandes partidos que tienen paralizada la Asamblea y, sobre todo un cada vez más claro impulso a favor de la celebración de un referéndum para la reunificación de Irlanda a resultas del desarrollo del Brexit.
En este marco, en enero, irrumpe nuevamente con una demostración de fuerza (más simbólica que real) la reunificación del IRA, haciendo estallar un coche bomba frente a los juzgados de Justica de Derry, coincidiendo con el centenario del primer ataque de la Guerra Tan o de Independencia, en 1919. En marzo el mismo grupo envía 5 pequeños paquetes explosivos a Inglaterra y Escocia, pese a su escasa potencia y que no todos explotan, el grupo adquiere mucha publicidad (que los medios se empeñan en ligar al Brexit).
En este punto llegamos nuevamente al principio de esta entrada, la muerte por un disparo de un 'Voluntario Republicano' de la periodista nacida en el norte de Belfast, Lyra McKee.
Viendo la evolución de estos grupos armados, su apoyo oscilante con tendencia decreciente y su actividad armada más que limitada, sin duda estamos ante un verdadero momento crítico - que no debemos confundir con un final- , tanto para los republicanos armados, como para los grupos republicanos opuestos al GFA, a los que por extensión se está culpando.
Los ataques furibundos no se han hecho esperar, desde el unionismo hasta el nacionalismo del SDLP y el Sinn Féin. A esto hay que sumarle las posturas críticas con la actividad armada actual de grupos republicanos como el IRSP, la RNU o éirígí, que si bien no condenan en general las acciones armadas, sí llevan tiempo denunciando que su uso a día de hoy no ayuda a construir una alternativa Republicana sólida.
La diferencia en esta ocasión es que a todo lo anterior se están sumando personas particulares y nuevos sectores republicanos opuestos al GFA y a la estrategia de SF, que opinan que tras la muerte de McKee la fase de lucha armada actual debe acabar. Un claro ejemplo de ello son las declaraciones de Gary Donnelly, un respetado concejal independiente (histórico del 32CSM, grupo otrora afín al R.IRA) que ha pedido a los grupos armados
''que desistan de cualquier otro ataque y consideren seriamente las consecuencias de sus acciones".
Sólo el tiempo nos mostrará hasta que punto la muerte de la joven periodista Lyra McKee, ha resquebrajado aún más las estructuras de los grupos armados Republicanos. No estamos ante Omagh, pero sí podemos estar ante un verdadero terremoto en el Republicanismo opuesto al GFA, y las condiciones sociales no son las de 1998, ni mucho menos, lo cual, no hace sino acrecentar la presión para dichos grupos. Pero, tampoco debemos olvidar, que para los que pese a lo sucedido siguen siendo partidarios de la vía armada, las condiciones para que desaparezca el enfrentamiento armado, no han desaparecido aún y, esos rescoldos siempre podrán avivar las llamas de la confrontación armada. Pensar que la violencia desaparecerá de un día para otro es algo ingenuo si se mira la historia de Irlanda desde hace siglos.
Sólo tenemos que recordar las recientes palabras de Brian Kenna, Presidente actual de Saoradh que dijo: "Cada generación, hasta remontarnos a 800 años, los republicanos irlandeses se han enfrentado a la ocupación británica". "No veo ninguna razón por la que eso se vaya a detener".
De momento, la Reunificación del IRA parece que quiere proseguir su campaña armada, y la muerte de McKee, pasada la tensión de las primeras semanas, no dejará de ser entendida como ''un error'' para sus propios miembros y la mayoría de sus simpatizantes, pero sin llegar a ser un motivo para abandonar la vía armada.
Suceda lo que suceda en el futuro, lo que es evidente es que las causas que dieron origen al conflicto aún perduran, y que el cierre en falso de las heridas puede ocasionar que las mismas se sigan reabriendo en esta o en otras generaciones posteriores. No debemos ni podemos olvidar que, el tan cacareado ''proceso de paz modélico'' es un proceso cerrado en falso, donde el sectarismo, la división, el reparto obsceno de los ''dividendos de la paz'', las bolsas de pobreza (destacable en el Derry Republicano por ejemplo) y marginalidad y, la injerencia británica siguen siendo moneda de uso corriente.
Por no hablar de otra de las partes de este tablero diabólico, el lealismo, en claro proceso de división, putrefacción y metamorfósis hacia una criminalidad organizada con un mero sentido lucrativo. Pero eso, ya es otra historia ...
'El Norte de Irlanda'