Uno de los ataques de castigo más severos es el conocido como "Six-Pack" (por la caja de cervezas de seis), un término que describe un tiroteo en el que la víctima recibe seis balazos, generalmente distribuidos entre las rodillas, los tobillos y, a veces, las manos.
Andrew Kearney, víctima de los Provos, recibió una versión en 1998.
El IRA Provisional le disparó siete veces, incluyendo tres balas en cada pierna y, un disparo en la columna vertebral con la intención de dejarlo semiparalizado, un método alque algunos se refieren como "un trabajo al 50 %".
En el caso concreto de Kearney murió desangrado por una arteria seccionada. Kearney se había peleado con un comandante del IRA días antes del ataque.
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