Al principio, no se notan, pero en cuanto ves una, empiezas a verlas por todas partes: cientos, en cada fisura y grieta. Son monedas insertadas en los pequeños huecos entre uno de los recursos naturales más famosos y fotografiados del Norte: las columnas de basalto de la Calzada del Gigante.
La Calzada del Gigante está formada por unas 40.000 enormes columnas de basalto negro que sobresalen del mar.
Al igual que los candados del Pont des Arts de París, la gente suele dejar las monedas para el amor o la buena suerte. Pero, al igual que esa tradición, las monedas están causando problemas, y ahora se pide a los visitantes que guarden sus monedas en el bolsillo.
En París, se prohibió colocar un candado tras el derrumbe de una parte del puente en 2014.
En la Calzada del Gigante, la práctica comenzó hace años, pero los responsables del lugar, el National Trust, creen que ha aumentado significativamente en la última década.
Cientos de miles de turistas y lugareños lo visitan cada año y solo una fracción deja este recuerdo indeseado. Pero las monedas están teniendo un impacto directo en las propias rocas. Las más afectadas son las columnas de basalto que conforman The Loom: torres inclinadas de roca de 3 metros de altura. Las monedas oxidan y decoloran la roca. Son de un color ligeramente más claro que el icónico basalto negro hexagonal en la punta de la calzada.
Es fácil apreciar a primera vista la decoloración causada por las monedas: un tono marrón rojizo sobre la superficie. El Dr. Cliff Henry, responsable de relaciones con la naturaleza del National Trust, explicó que las rocas se ven afectadas en varios niveles.
"La gente ve a otros introducir monedas, así que imitan el proceso: sacan una moneda del bolsillo y, a veces, toman una piedra del suelo para clavarla, pero pueden fallar y astillar la piedra, lo que provoca daños".
Añadiendo: "Una vez que la moneda está ahí, empieza a oxidarse y, debido a la atmósfera, se oxida a un ritmo acelerado. La moneda se expande, lo que ejerce presión sobre la unión cerca del borde, por lo que hemos visto que en varios lugares las esquinas se han desprendido. Y el metal oxidado empieza a filtrarse. El hierro, el níquel y el cobre se filtran sobre las rocas y el aspecto es antiestético".
Añadió que están haciendo un llamamiento a la gente para que deje de introducir monedas antes de que se produzcan más daños en estas rocas de 60 millones de años. En una escala de tiempo geológica, se trata de una erosión muy rápida.
Un informe del Servicio Geológico de Irlanda del Norte arrojó algo de luz sobre el problema.
La Dra. Kirstin Lemon declaró: «El Servicio Geológico recomienda al National Trust que veamos si podemos eliminar la mayor cantidad posible de esas monedas. Al eliminarlas, evitamos cualquier impacto físico adicional en el sitio». También estamos deteniendo ese impacto químico. Dijo que esperaba que al retirar las monedas, se impidiera que otros añadieran más.
Un cantero especializado ha comenzado el trabajo y hasta ahora ha retirado alrededor del 10%.
El año pasado, la Calzada del Gigante recibió alrededor de 684.000 visitas. Las cifras dejan ver que está volviendo a sus niveles prepandémicos. En 2019, se registraron casi un millón de visitas.
El National Trust afirmó que no solo es el fenómeno natural más valioso del Norte, sino también importante para la economía.
"Es un icono para Irlanda del Norte; si no podemos cuidarlo, ¿qué esperanza hay para el resto del país?", declaró el Dr. Henry.
"Realmente necesitamos cuidar la calzada lo mejor posible".
La Calzada del Gigante se convirtió en Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1986. La lista del Patrimonio Mundial incluye 1223 sitios en todo el mundo y reconoce los sitios por su importancia cultural o natural.
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