Una fuerza combinada de la RUC y el ejército británico ya los estaba esperando detrás de un alambre de púas. En una reveladora admisión, el oficial al mando del destacamento del Regimiento de Paracaidistas declaró que estaban bajo instrucciones del gobierno de Stormont.
Mientras los manifestantes caminaban a través de la marea baja para sortear el alambre, fueron atacados con gas CS, balas de goma, culatas de rifle y porras.
También fue reveladora la reacción de los políticos unionistas de Stormont, que estaban en pie de guerra por lo que consideraban un enfoque demasiado ligero de los Paras.
El estado de Orange no sabía cómo hacer frente a las demandas básicas de derechos civiles, justicia e igualdad sin recurrir a la fuerza, fuerza que tendría consecuencias devastadoras en la marcha contra el internamiento prevista para la ciudad de Derry el fin de semana siguiente.
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