9.Sinn Féin,Un siglo de historia irlandesa.
Brian Feeney.
Editorial Edhasa.
Los años comprendidos entre 1918 y 1921 fueron trascendentales para Irlanda. Estuvieron llenos de drama, crisis, tragedia y triunfo. Para la gente que los vivió, pero también para muchos otros que no llegaron a vivirlos, los sucesos acaecidos durante aquellos años determinaron sus vidas. Este periodo dejó una marca indeleble en la política irlandesa.
Los ciudadanos irlandeses utilizaron las elecciones generales británicas de 1918 como un plebiscito para expresar el deseo de autodeterminación nacional por primera vez en la historia. Votaron por la independencia y en 1919 comenzaron a comportarse como si la hubiesen obtenido. Establecieron su propio Parlamento, el Dáil Éireann, y un sistema de justicia y servicios civiles en estado embrionario. Todas esas organizaciones se movilizaron para operar contra el escenario de guerra de guerrillas librada por los Voluntarios, a quienes pronto se les conocería como Ejército Republicano Irlandés (IRA), y contra la campaña militar del ejército británico, la policía irlandesa y los mercenarios, los llamados Black and Tans decididos a terminar con el IRA y abolir las recién estrenadas instituciones gubernamentales. Toda la población, a excepción de la zona noreste, se había unido en el esfuerzo por lograr la independencia que el pueblo había votado en 1918. Repitieron su voto en 1920 y 1921. Para entonces la unidad popular ya se había hecho añicos, dividida entre las condiciones del Tratado con Gran Bretaña y la guerra civil que acababa de estallar.
El partido del Sinn Féin, organizado en octubre de 1917 bajo el liderazgo de Eamon de Valera, se convirtió en el vehículo y la expresión política de la autodeterminación nacional, el movimiento político elegido por el pueblo irlandés para articular su deseo de independencia. Ningún otro partido tuvo la menor oportunidad. Como dijo el catedrático David Fitzpatrick del Trinity College de Dublín: «Existía una maravillosa unanimidad en la política irlandesa».
Lógicamente, como corresponde a la auténtica expresión de la opinión de la mayoría del pueblo irlandés, el Sinn Féin reflejaba con precisión las fluctuaciones del ambiente público. A partir de una unidad interna sin precedentes en 1918, y siendo el único signo externo y manifestación explícita de la autodeterminación, el movimiento se escindió en 1921 de una manera que ha afectado al marco político irlandés desde entonces. Otros partidos, en particular el Fianna Fáil y las últimas encarnaciones del Sinn Féin, han intentado recobrar aquella posición trascendente y acaparadora de todo el espectro público que ocupaba el movimiento del Sinn Féin entre 1918 y 1921. Pero nunca la recuperarían. Se trataba de un fenómeno nacido al calor de una serie de circunstancias concretas, y no de una fórmula política mágica que pudiese embotellarse para ser utilizada en futuros sufragios.
El Sinn Féin inauguró el año 1918 como el movimiento político de más rápido crecimiento en la historia irlandesa. De hecho, fue la organización nacional con más rápido desarrollo que jamás ha existido en Irlanda. A finales de año, el partido había logrado la más tremenda victoria que cualquier partido irlandés había obtenido nunca. Tres años después, en octubre de 1921, la organización Sinn Féin se había desmoronado, se anularon las cuotas de los afiliados y el partido fue abandonado tanto en el Dáil Éireann como en el IRA. ¿Cómo y por qué tuvo lugar este viaje político en montaña rusa?
En la primavera de 1918, el número de afiliados al partido había alcanzado un nivel de saturación en muchas partes del país. La gente acudía en tropel a adherirse al Sinn Féin y a las filas de los Volúntarios. En algunos pueblos, casi todos los varones jóvenes, y muchas mujeres, eran miembros del Sinn Féin, de la Cumann na mBan o de ambos. ¿Cuántos estaban en el partido y quiénes eran?
Existían unos mil doscientos cincuenta centros a lo largo del país a finales de 1917. Durante la primavera de 1918 el total ascendía a mil setecientos. Según la RIC, la afiliación al Sinn Féin ascendió en un veintinueve por ciento entre marzo y mayo de 1918. Sin embargo, no es probable que esa cantidad se mantuviese durante mucho tiempo. Michael Laffan, catedrático del Colegio Universitario de Dublín, calcula el número total de afiliados al partido entre ciento veinte mil y ciento treinta mil, considerando una media de cien socios por club. Para concederle el adecuado valor proporcional a esta cifra, advirtamos que el partido del gobierno británico en 2001, el Partido Laborista, contaba con unos trescientos mil afiliados en una población total de sesenta millones; compárense con los cuatro millones cuatrocientos mil habitantes de Irlanda en 1918.
No existía una proporción uniforme de afiliados a lo largo del territorio. Obviamente, en algunas zonas del noreste unionista el número de socios era cero. Incluso en los distritos católicos de la región el Sinn Féin era débil. El IPP se mantenía como la fuerza dominante. A finales de 1917 sólo había ocho centros del Sinn Féin en Belfast, con un total de 778 miembros, frente a los seis mil de la organización del IPP, la Liga de Irlandeses Unidos. De todos modos, al oeste del Bann podía aplicarse la tendencia general del resto del país: el Sinn Féin florecía. En los núcleos urbanos, los jóvenes de clase obrera ingresaban en el Sinn Féin, y tanto en los ambientes rurales como en los urbanos muchos de ellos también ingresaban en las filas de los Voluntarios. A menudo se daban casos de coincidencia entre los afiliados a las dos organizaciones. Las compañías de Voluntarios que marchaban por la calles durante el día se reunían en los centros del Sinn Féin por la noche. No hubiese sido raro tampoco que los miembros de estas dos organizaciones se convirtiesen enjugadores de los equipos de la GAA los domingos. Algunos equipos de fútbol creaban centros del Sinn Féin; cumainn, en gaélico.
Siempre hubo un fuerte sentimiento de comunidad en los pequeños pueblos y ciudades irlandesas. Para muchos jóvenes, ser parte de algo quería decir ser parte de un todo. Ninguno deseaba quedar fuera de la moda del momento. Y no encontraban ninguna contradicción en el hecho de pertenecer a varios centros y asociaciones diferentes. Con tal sistema, muy a menudo la lista oficial de los afiliados en los centros del Sinn Féin se reflejaba en la de la compañía local de Voluntarios: por ejemplo, el tesorero del partido doblaba sus funciones ejerciendo de intendente en la compañía de Voluntarios, y el director o presidente ejercía también como OC [oficial al mando]. Lo más significativo fue que, a finales de 1917, el presidente de la cumainn solía ser el sacerdote local.
Las victorias en los comicios celebrados en 1917 para repartir los escaños vacantes habían contribuido a legitimar al Sinn Féin, pero también contribuyó a ello la conducta de las fuerzas armadas británicas. Los millares de detenciones, a menudo de hombres completamente inocentes, y los malos tratos a los prisioneros, sobre todo en Frongoch y en Mountjoy, cuyo punto álgido fue la muerte de Thomas Ashe, en septiembre de 1917, como resultado de los intentos por obligarlo a comer durante una huelga de hambre, llevaron al pueblo a unirse bajo las filas del Sinn Féin. El fallecimiento de Thomas Ashe, un prominente republicano elegido presidente del Consejo Superior de la IRB tras el Levantamiento, tuvo un efecto galvánico entre la gente. No sólo llevó a los jóvenes a afiliarse en masa en el Sinn Féin, sino que muchos de ellos también se alistaron en los Voluntarios y comenzaron a participar en la clase de acciones violentas que, en 1918, terminaron por llevar a grandes zonas del país a una rebelión de facto.
Los miembros más jóvenes del clero compartían los sentimientos de sus feligreses. Los sacerdotes de las parroquias tendían a permanecer fieles al IPP en 1918, pero la circunstancia del nombramiento de curas como presidentes de las cumainn del Sinn Féin fue un mal augurio. La organización comenzó a contar incluso con obispos entre sus simpatizantes: monseñor William Waish, arzobispo de Dublín, monseñor Fogarty, obispo de Killaloe, y monseñor O´Dwyer, obispo de Limerick. Estos prelados adoptaron una postura abiertamente crítica frente a la crueldad que las fuerzas británicas ejercían sobre la población civil. La muerte de Ashe hubo de suponer un punto de inflexión. El Daily Mail comentó: «Las circunstancias de su muerte (la de Ashe) y su funeral llevaron a cien mil nacionalistas constitucionales a convertirse en cien mi] simpatizantes del Sinn Féin. El Daily Mail afirmaba que, mientras el partido estaba en decadencia hasta hacia un mes, «hoy el Sinn Féin es casi otro nombre para designar a la amplia mayoría de 1a Juventud de Erín» El cambio de posición del arzobispo de Cashel proporciona un ejemplo bastante ilustrativo acerca de la evolución de la actitud del clero. En abril de 1917 Su Eminencia se negó a celebrar un oficio en conmemoración del primer aniversario del Levantamiento pero en septiembre de 1917 él mismo dijo la misa de réquiem por Thomas Ashe y en 1918 votó a favor del Sinn Féin.
Además, el Sinn Féin contaba con una atracción añadida que a menudo se ha pasado por alto: siempre fue una organización política donde las mujeres fueron bien recibidas. En realidad ésta fue una de las características, de la organización establecidas por Grifith. La condesa Markievicz se quedó en el Sinn Féin después de 1910 cuando otros lo abandonaron, pues ésta era la única institución que concedía a las mujeres todo tipo de oportunidades Jennie Wyse-Power había formado parte de la ejecutiva del movimiento desde 1905 y fue elegida vicepresidenta en 1911 Más tarde ejercería como tesorera. En la ard fheis del Sinn Féin celebrada en 1917, Arthur Griffith expuso una petición acerca del sufragio femenino planteada por la doctora Kathleen Lynn. Dijo:
Les pido a los delegados que lo aprueben sin más discusión. Desde el día que fundamos el Sinn Féin, no llevamos a cabo discriminaciones por razón de sexo para acceder a ningún puesto dentro de la organización. La señora Power ha sido uno de los primeros miembros de esta asociación. Debe quedar bien claro que las mujeres pueden ser candidatas perfectas para cualquier cargo en todo el país.
No obstante, los Voluntarios formaban una agrupación exclusivamente masculina cuyos integrantes esperaban que la Cumann na mBan, la rama femenina de la agrupación, actuase como un grupo de apoyo. Muchos Voluntarios tomaron esa misma actitud frente al Sinn Féin: lo veían como un complemento, pues el Sinn Féin fue una organización mixta que siempre admitió mujeres entre los componentes de sus más altas asambleas. Tiempo después, la doctora Lynn llegaría a vicepresidenta. Áine Ceannt fue directora de comunicaciones y Hanna Sheehy Skeffington directora de organización. Las mujeres del Sinn Féin participaron en el Dáil y las elecciones municipales entre 1918 y 1921. Por lo general, las únicas candidatas femeninas fueron las aportadas por esta organización.
Sin embargo, a pesar del insólito numero de mujeres presentes en el Sinn Féin, el partido estaba compuesto en su gran mayoría por jóvenes varones solteros con poco o nada que perder, cuya meta y acontecimiento más importante de su vida era alistarse en sus filas. Como se había prohibido la emigración durante la primera guerra mundial, había una plétora de individuos con ese perfil, sobre todo en los distritos donde el movimiento migratorio hacia Estados Unidos los habría desplazado a millares. Esa ruta ya no estaba disponible. Viajar a Gran Bretaña en busca de una oportunidad para encontrar trabajo también se les negaba a ese mismo segmento de población. Después de 1916, cualquier hombre en edad militar residente en Gran Bretaña podía ser llamado a filas. No es una simple casualidad que a partir de entonces aumentasen los afiliados al Sinn Féin en Sligo, Leitrim, Mayo, Clare, Cork y Kerry.
Los miembros de los Voluntarios y el Sinn Féin proporcionaron a los jóvenes desempleados algo que hacer, tanto de día como de noche. Podían recibir educación, realizar marchas de resistencia, asistir a mítines políticos, asistir a clases de lengua irlandesa o de instrucción militar y, sobre todo, comportarse como si fuesen hombres con un papel que desempeñar dentro de la comunidad. La afiliación a una o ambas organizaciones les confería una posición social inalcanzable de otro modo para los desempleados y los sin tierra.
La forma y naturaleza de estos afiliados sentó un precedente aplicable para todo el siglo XX respecto a la gente implicada en lo que habría de conocerse como «el movimiento republicano». La afiliación dual tanto de los miembros del Sinn Féin como de los Voluntarios, algo habitual entre los municipios, simplemente reflejaba un hecho corriente en todo el organigrama de la organización, desde la cúpula hasta la base. Eamon De Valera fue elegido presidente de los Voluntarios Irlandeses en el congreso celebrado en octubre de 1917, el día después de haber sido nombrado presidente del Sinn Féin. Seis de los veinte hombres elegidos para la asamblea ejecutiva de los Voluntarios aquel día habían sido escogidos para componer la institución homónima dentro del Sinn Féin el día anterior. Era obvia la conveniencia de celebrar una convención de los Voluntarios al mismo tiempo que una ard fheis del Sinn Féin, ya que muchos participantes estaban afiliados a ambas organizaciones. Así, la ard fheis podría utilizarse para cubrir una convención de los Voluntarios. De este modo comenzó una larga y sacrosanta tradición, aunque, cuando el movimiento se reorganizó, en 1948, se invirtió el orden de los encuentros para reflejar el equilibrio de poder; por eso las reuniones de los grupos del IRA tienden a preceder a las ard jheiseanna del Sinn Féin.
http://www.interplanetaria.com/contenido.php?id=sinn_fein
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Hace 8 horas
2 comentarios:
Este libro es buenísimo, el mejor en castellano.
Sí, pero 36,5 euros que soplan por libro...que ya está bien!
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