Las fuerzas republicanas, compuestas por unidades de Cork, Kerry y Limerick, se habían retirado de Limerick la semana anterior. Buscaban reagruparse en la zona metropolitana de Kilmallock, esta parte del sur del condado de Limerick, que incluye las localidades de Bruff, Bruree, Kilmallock y Knocklong.
El 23 de julio, las fuerzas contrarrevolucionarias se desplazaron hacia el sur desde Limerick y lanzaron un ataque contra Bruff. Los atacantes fueron repelidos al día siguiente y los republicanos tomaron prisioneros a casi 80 mercenarios.
La batalla continuó durante la semana siguiente, con los contrarrevolucionarios mejor armados tomando gradualmente el control de Bruff. El 30 de julio, las fuerzas contrarrevolucionarias lanzaron un gran ataque contra la ciudad de Bruree, bajo control republicano, donde se había establecido un Soviet de trabajadores el agosto anterior durante el período de tregua.
Bruree fue capturada y posteriormente recuperada por los republicanos, para luego ser perdida de nuevo el 3 de agosto tras la llegada masiva de refuerzos contrarrevolucionarios a la zona.
Los contrarrevolucionarios, financiados por el gobierno británico, emprendieron una campaña masiva de reclutamiento dirigida a exsoldados británicos y miembros del RIC durante este período. Además, los británicos los armaron hasta los topes con armas pequeñas, artillería y buques de guerra.
En contraste, la capacidad republicana era insuficiente: los esfuerzos de reclutamiento fueron en vano y el apoyo de la población disminuyó drásticamente debido a la falta general de armas y financiación.
Tras la caída de Bruree, una fuerza de dos mil contrarrevolucionarios, respaldada por vehículos blindados y artillería, avanzó contra la cercana Kilmallock, bajo control republicano. Para el 5 de agosto, las fuerzas republicanas en Kilmallock, al verse superadas en número y armamento, y al recibir informes de desembarcos navales en Kerry y otras zonas que debían desembarcar en Cork, decidieron retirarse.
Los republicanos se retiraron a través de la frontera de Cork hacia Charleville, y las unidades originalmente estacionadas en Cork y Kerry regresaron a sus propias zonas para combatir la amenaza contrarrevolucionaria.
La batalla de Kilmallock prácticamente puso fin a los combates en Limerick, lo que aumentó la presión sobre los republicanos en lo que rápidamente se estaba convirtiendo en una situación militar desesperadamente desoladora.
Hoy en día, aún vivimos en una Irlanda moldeada por los trascendentales acontecimientos del período revolucionario, acontecimientos que condujeron a la partición de Irlanda y a la creación de dos estados conservadores, sectarios y capitalistas.
103 años después del final de la Batalla de Kilmallock, Éirígí lucha por la creación de una nueva República de Toda Irlanda, similar a la concebida en la Proclamación de 1916 y el Programa Democrático de 1919.
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