Se habrían derramado “muy pocas lágrimas” en partes del Reino Unido si el ataque con bomba del P.IRA en Brighton en 1984 hubiera matado a Margaret Thatcher, afirmó el ex líder de Sinn Féin, Gerry Adams.
El ataque al Grand Hotel durante la conferencia del Partido Conservador mató al parlamentario Sir Anthony Berry, junto con el presidente del partido, Eric Taylor, y las esposas de tres parlamentarios conservadores: Lady Jeanne Shattock, Lady Muriel Maclean y Roberta Wakeham. Sin embargo, Thatcher resultó ilesa.
En un episodio del podcast Rest is Politics, presentado por Alistair Campbell y Rory Stewart, Adams dijo: “Se derramarían muy pocas lágrimas por Margaret Thatcher en la Irlanda republicana, o en muchos pueblos de Gales y la Escocia e Inglaterra de clase trabajadora”.
Cuando se le preguntó si habría sido feliz si ella hubiera muerto, Adams respondió: “Felicidad o feliz no es un término que usaría. El hecho es que hubo una guerra. Margaret Thatcher fue notoria, no solo por presidir las muertes de los huelguistas de hambre que podrían haberse resuelto fácilmente con mejoras muy simples en el régimen penitenciario. Pero también porque estaba al frente, y estaba siendo la Dama de Hierro, y se hacía pasar por alguien que era indomable, y así sucesivamente. Pero, se acabó, se acabó, se fue. Todo eso quedó en el pasado”.
El exsoldado y parlamentario conservador Rory Stewart desafió a Adams por sus comentarios, a lo que respondió: “Nunca fui a la guerra. Viniste a mí, lo sabes. Entraste, en caqui, y con tanques. Creo que, incluidas las muertes de soldados británicos y oficiales de la RUC, todas esas muertes son de lamentar. Es una parte lamentable de nuestra historia. Y claramente para los civiles, para los que murieron, no importa si fue un accidente o no. Eso es aún más lamentable, y afortunadamente ahora estamos fuera de todo eso, y necesitamos aprender las lecciones de eso”.
Tras el anuncio de la muerte de Thatcher en 2013, Adams afirmó que ella "causó un gran daño a los irlandeses y británicos durante su tiempo como primera ministra británica.Las comunidades de clase trabajadora quedaron devastadas en Gran Bretaña debido a sus políticas”, dijo.
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