Desde swissinfo (vía EFE) desarrollan la información de la siguiente manera (sin editar).- El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, aseguró este jueves qué "aún hay tiempo" para evitar unas elecciones anticipadas en Irlanda del Norte si el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), segunda fuerza regional, acepta entrar en un Gobierno de poder compartido con los nacionalistas.
Según un portavoz oficial, es el mensaje transmitido por el nuevo jefe del Ejecutivo británico a pocas horas de que se cumpla este viernes el plazo fijado para que los principales partidos norirlandeses lleguen a un acuerdo que, si no llega, obligará a Londres a convocar unos nuevos comicios autonómicos.
La Asamblea autónoma de Irlanda del Norte se reúne hoy para elegir un nuevo presidente de la cámara, como paso previo para que el nacionalista Sinn Féin, primera fuerza, y el DUP, presenten después a sus candidatos al puesto de ministro y viceministro principal, así como el resto de ministros que compondrán el próximo Ejecutivo autónomo de acuerdo a los resultados de los comicios del pasado mayo.
Cinco meses después, el DUP sigue rechazando formar Gobierno hasta que Londres no tome medidas contundentes para erradicar las barreras económicas y políticas que, según él, ha creado entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña el protocolo del Brexit para la provincia.
El dirigente del DUP Paul Givan, exministro principal hasta el pasado febrero, describió el proceso en la Asamblea como un intento "fallido y defectuoso formar un Ejecutivo".
"Estamos listos para designar ministros hoy. El obstáculo no es el DUP, sino el protocolo para Irlanda del Norte", reiteró el político unionista.
Givan abandonó el Ejecutivo de Belfast el pasado febrero y, desde las elecciones de mayo, su partido se ha negado a entrar en un Gobierno liderado por el Sinn Féin hasta que Londres y Bruselas no acuerden una reforma radical del protocolo, o hasta que Downing Street adopte medidas unilaterales de su agrado.
El protocolo establece que Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario para bienes, por lo que las mercancías que cruzan entre la isla de Gran Bretaña y ese territorio británico han de pasar controles aduaneros para así asegurar que la frontera entre las dos Irlandas continúa siendo invisible, tal y como obliga el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), el texto que puso fin al conflicto.
No obstante, ha levantado una frontera comercial en el mar de Irlanda que también es política para la comunidad unionista protestante, que sostiene que diferencia a la provincia y pone en peligro su relación con el resto del Reino Unido, más ahora que los nacionalistas quieren avanzar hacia su objetivo histórico de reunificar Irlanda. EFE
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