Artículo de Juan Francisco Alonso (sin editar).-
Boris Johnson quiere reavivar la disputa por el «brexit» con la UE para desviar la atención del escándalo del Partygate.
La invasión rusa de Ucrania enterró las tensiones surgidas entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE), debido al brexit. Sin embargo, el primer ministro británico, Boris Johnson, parece dispuesto a exhumar dichas diferencias. Así, este viernes, el Gobierno de Londres volvió a amenazar con dejar de aplicar parte del Protocolo para Irlanda del Norte si los Veintisiete no aceptan modificarlo, en lo que se antoja como una jugada para distraer la atención del público británico del escándalo del Partygate.
La enésima advertencia la lanzó el ministro para Irlanda del Norte, Conor Burns, quien en declaraciones a la cadena de radio LBC, señaló que «el pasado julio, el primer ministro dijo que se había alcanzado el umbral para activar el artículo 16, pues existe un trastorno social en Irlanda del Norte debido a la forma en que se aplica el texto. Espero que Bruselas esté escuchando esta conversación y otras conversaciones y espero que vuelvan a la mesa de negociaciones de manera constructiva, para permitirnos cambiar el protocolo para que funcione de la manera en que se pretendía».
Nueva ley para incumplir el acuerdo
Las palabras del ministro llegaban el mismo día en que el diario Financial Times aseguraba que el Ejecutivo británico prepara una ley que le permitiría suspender parte del acuerdo suscrito a finales del 2019. Dicha propuesta será incluida en el discurso que la reina Isabel II pronunciará en las próximas semanas con motivo del inicio del nuevo período de sesiones del Parlamento.
Para evitar el restablecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas que pusiese en peligro los acuerdos de paz de 1998, Londres y Bruselas acordaron que la región británica seguiría temporalmente dentro del mercado único. No obstante, el texto obliga a revisar las mercancías que llegan al Úlster desde Gran Bretaña para evitar la entrada incontrolada de productos en la UE. Estas revisiones han provocado demoras y escasez de algunos productos en este territorio.
El miércoles, el portavoz conservador Jacob Rees-Mogg ya lanzó amenazas similares en el Parlamento. Sin embargo, las mismas pasaron desapercibidas, debido a los acalorados debates que se celebraron en la Cámara de los Comunes con motivo de las multas que la policía impuso a Johnson por asistir a algunas de las fiestas ilegales celebradas en Downing Street durante los confinamientos. «El argumento de que debemos acatar el protocolo porque lo firmamos es una absoluta tontería. Lo firmamos sobre la base de que sería reformado. Y llega un punto en el que dices: ‘Bueno, no hemos podido pactar una reforma y, por lo tanto, debemos reformarlo nosotros'», explicó Rees-Mogg.
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