Micky Devine, voluntario del INLA, reflexionaba sobre el impacto que tuvo el Domingo Sangriento en su perspectiva política:
“Nunca olvidaré estar de pie en la capilla de Creggan mirando las cajas de madera marrón. Lloramos, e Irlanda lloró con nosotros.
Esa vista más que nada me convenció de que nunca habrá paz en Irlanda mientras los británicos permanezcan. Cuando miré esos ataúdes desarrollé un compromiso con la causa republicana que nunca he perdido”.
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