Los cuatro dirigentes de los principales partidos unionistas
han firmado una declaración reafirmando su oposición al Protocolo de NI.
La declaración, publicada el martes por el líder del DUP, Jeffrey Donaldson, Doug Beattie (UUP), el líder de la TUV Jim Allister y Billy Hutchinson del PUP, pide que se abandone el protocolo.
El protocolo crea efectivamente una frontera comercial en el mar de Irlanda entre los Seis Condados ocupados y el resto de Reino Unido y se implementó para evitar la realización de controles fronterizos entre los 26 Condados y el Norte.
La declaración dice: "Nosotros ... afirmamos nuestra oposición al Protocolo de Irlanda del Norte, sus mecanismos y estructuras y reafirmamos nuestra posición inalterable de que el protocolo debe ser rechazado y reemplazado por arreglos que respeten plenamente la posición de Irlanda del Norte como parte constituyente e integral de el Reino Unido."
La declaración conjunta continúa insistiendo en que económicamente, “el protocolo ha infligido graves daños a muchos sectores empresariales, que se incrementarán con el final de los períodos de gracia”.
"La enorme interrupción del comercio en el suministro de bienes de Gran Bretaña a Irlanda del Norte ha provocado una interrupción innecesaria de la cadena de suministro y niveles inaceptables e insostenibles de burocracia y barreras al comercio dentro de nuestra propia nación", dice.
"La desviación y reorientación del comercio resultante es destructiva del lugar de Irlanda del Norte en el Reino Unido y dará lugar a un realineamiento económico que es inaceptable".
Los líderes destacan el statu quo actual en el que la Unión Europea "afirma la soberanía sobre asuntos económicos y comerciales en Irlanda del Norte, sometiéndonos a sus leyes - que no podemos cambiar - y el imperio del Tribunal Europeo de Justicia sin representación política local" crea “Un gran déficit democrático”.
“De cara al futuro, cualquier acuerdo que no garantice una solución proporcionada y equitativa que respete la soberanía del Reino Unido y restaure nuestro lugar sin restricciones dentro del mercado interior, no puede contar con el apoyo de la comunidad unionista”, continuó.
“No deseamos nada más que buenas y prácticas relaciones con la Unión Europea y la República de Irlanda, que es nuestro vecino más cercano y con quien compartimos una frontera entre el Reino Unido y la Unión Europea. Sin embargo, esto no se puede lograr con la designación de Gran Bretaña como 'tercer país', con una frontera regulatoria que divide el Reino Unido y somete a Irlanda del Norte a las leyes y la jurisdicción de la Unión Europea".
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