Conor McGregor con una fractura en el pie pierde ante Poirier

Desde Mundo Deportivo desarrollan la pelea de la siguiente manera.- “Dustin, cabeza de guisante, voy a por ti cabeza de guisante, pueblerino tonto”, le decía McGregor a Poirier antes del combate de esta madrugada. El irlandés, lleno de rabia desde el pasado enero, cuando el estadounidense le hizo probar por vez primera el amargo sabor de su primer nocaut en contra, quería la revancha. Entre ambos, debía resolverse el empate (1-1) de su marcador particular. Debía ser un combate tenso por la rivalidad y por el premio que ambos se jugaban. El ganador de este domingo lucharía por el título de peso ligero ante Charles Olivera, campeón desde el pasado mes de mayo. Las Vegas se preparó para vivir una gran noche. Pero el cierre de su trilogía, que se inició en 2014 con un K.O técnico de McGregor a Dustin en solo 106 segundos, acabó como nadie esperaba: de forma rápida, cruel y amarga, con una tremeda lesión de ‘The Notorious’ en la tibia en el primer asalto que dejaba a los aficionados de la UFC con las ganas de vivir una pelea épica.

McGregor lanzó un puño de derechas. Luego uno de izquierdas, con el cuerpo hacia adelante y la pierna izquierda de apoyo. Su golpe de izquierdas se fue al aire, esquivado por la cara de un Dustin que, en ese momento, golpeo con su izquierda en la cara de McGregor. Ello sorprendió al irlandés, que al tirar el cuerpo hacia atrás, se dio cuenta de que ahí se había acabado todo. Notó un ‘crack’ en el que se rompieron las ganas de fiesta de todos los aficionados. Cerró los ojos, abrió la boca y gritó. Gritó de dolor. Su tibia se había partido de forma estremecedora. Se acabó. ‘The Notorious’ se tiraba al suelo y ponía los brazos sobre su cabeza para evitar los constantes golpes, uno tras otro, de un Dustin que no se había percatado de la lesión. O de hacerlo, pareció no importarle. Golpeaba sin parar a su rival en la cabeza para noquearlo, con un McGregor en el suelo impotente. Por mucho que se defendiera, todo había terminado.