Gravísimos disturbios en Belfast en una nueva jornada de violencia

Los disturbios en Belfast el miércoles por la noche fueron en una escala ''que no se había visto en Irlanda del Norte durante años'', dijo el PSNI.

La violencia lealista se desató con crudeza durante varias horas, agentes de la policía fueron atacados, se lanzaron bombas de gasolina y se quemó un autobús, varios coches, barricadas y contenedores. 

 

Alrededor de las 6 de la tarde (hora local) se arrojaron piedras a la policía mientras que el fotógrafo del Belfast Telegraph Kevin Scott fue agredido por lealistas e insultado con consignas sectarias mientras cubría la protesta. 

 

 

 

Ocho policías resultaron heridos en una interfaz entre áreas lealistas y nacionalistas en el oeste de Belfast, otras interfaces estuvieron tensionadas toda la noche con avisos esporádicos de concentraciones y pequeños incidentes.

Con fuentes que relacionan - y otras que lo niegan -  la violencia con la UVF, significaría que los dos principales grupos paramilitares lealistas se encuentran detrás de incidentes de violencia callejera desde el viernes pasado. Pero de momento no hay una participación tan directa de la UVF como lo hay de facciones de la UDA.

Los disturbios anteriores, en el sur de Belfast, Newtownabbey y Carrick, están relacionados con la Asociación de Defensa de Ulster (UDA).

El suceso más preocupante en la nueva orgía de violencia lealista fue cuando varios cientos de lealistas se reunieron en la separación de Shankill Road (lealista) con Springfield Road (republicana), en ese momento otros tantos republicanos se concentraron al otro lado del muro de paz, para proteger la zona de los ataques lealistas. 

 

En ese momento llovieron los cócteles molotov, fuegos artificiales, se quemaron coches que se usaron por los lealistas para forzar las puertas (aunque algunos lealistas dicen que era para proteger la entrada y evitar una incursión republicana en el área) que finalmente se rompieron, llegando al enfrentamiento cara a cara, con piedras y objetos contundentes. El PSNI no se personó en la zona en los momentos más graves de la algarada sectaria, pese a que el PSNI solicitó refuerzos de otros puntos del Norte. 

 

 

En la última oleada de disturbios la cifra de policías heridos se eleva a más de 50 agentes.