jueves, 24 de diciembre de 2020

La tradición irlandesa de encender una vela y colocarla en la ventana el día de Nochebuena

La tradición irlandesa de encender una vela y colocarla en la ventana el día de Nochebuena, el 24 de diciembre de cada año data de cientos de años. Hay diferentes historias y leyendas que rodean a esta tradición que se ha extendido a otros países por los inmigrantes irlandeses. Esta costumbre continúa como parte de la cultura irlandesa en la actualidad para celebrar esta festividad.
 
Casi todo el mundo celebra la Navidad con tradiciones bastante similares, pero en Irlanda se conserva una vieja tradición propia: colocar una vela en la ventana el día de Nochebuena. Es un símbolo que da la bienvenida a quienes les visitan ese día y al mismo tiempo recuerda a aquellos que están lejos de casa. También se emplea como signo de perdón para quien visite esa casa.
 
Entre la multitud de versiones sobre su orígen, este año vamos a poner la siguiente, que se adapta a la tradición católica:
 
Cuando el Rey Enrique II invadió y conquistó Irlanda en 1171, una larga historia de persecución en contra de los irlandeses y su religión comenzó, según el padre William Sanders, del Centro de Recursos de la Educación Católica. 
 
Bajo el gobierno de Isabel I y Oliver Cromwell, los británicos fueron principalmente una nación protestante. Estos y los siguientes gobernantes aprobaron una serie de leyes penales para eliminar el catolicismo en lrlanda, la religión principal del pueblo irlandés. 
 
Estas leyes prohibieron la práctica del catolicismo en Irlanda y prohibieron al clero la enseñanza de la religión a la gente. Aun así, la religión y la cultura prosperaron.
 
Debido a la persecución religiosa a la que el pueblo irlandés se enfrentaba, las familias encontraron maneras de practicar su fe sin delatarse ante los británicos.
En la víspera de Navidad, si una familia irlandesa deseaba que un sacerdote se quedase en su casa y les ofreciera los sacramentos de forma encubierta, ponían una vela encendida en la ventana como señal de petición. 
 
La familia debía dejar la puerta de su casa abierta para que el sacerdote viajero pudiera ofrecerle la misa a cambio de su hospitalidad. Esta tradición se prologaría durante muchos años.
 
El encendido de la vela
 
Tradicionalmente, el miembro más joven de la familia es el que prende la vela que se coloca en la ventana. Si hubiera una niña que se llamase María, tendría el honor de apagar la llama. 
 
A veces las familias invierten esos roles, aunque hoy en día optan por tener una vela eléctrica en su lugar, por seguridad. Esta tradición fue llevada a muchos otros países incluyendo Estados Unidos por los inmigrantes irlandeses y continúa hasta el día de hoy.

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