Las jóvenes escolares católicas volvían a la escuela después de las vacaciones de verano cuando se encontraron con turbas unionistas que los bombardearon con ladrillos y botellas.
Durante las siguientes 11 semanas, los televidentes que no estaban acostumbrados a escenas de odio tan descarnado presenciaron como ladrillos, botellas, bombas de tubería (pipe bombs), fuegos artificiales y globos de orina eran arrojados a las aterrorizadas escolares por los autoproclamados defensores de la Unión.
La naturaleza sectaria sobre la que se fundó el estado de los Seis Condados se mostró sin disculpas y sin vergüenza para que el mundo la viera.
Los padres católicos locales y sus hijas desafiaron valientemente la diatriba de abuso todos los días, negándose a ser intimidados hasta que la protesta unionista finalmente se detuvo el 23 de noviembre.
El sectarismo siempre ha sido utilizado como una herramienta de control por parte de la clase dominante capitalista, como un medio para dividir y conquistar a la clase trabajadora.
El antisectarismo ha sido un principio clave del republicanismo irlandés desde la época de Wolfe Tone y continúa siéndolo hoy.
Aquellos que promueven el odio basado en la religión hoy, incluidos los unionistas y gente como Gemma O'Doherty y otros #Faketriots, son enemigos de la lucha republicana y deben ser tratados como tales.
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Para ver lo sucedido esos días, podéis pinchar (AQUÍ-Reseña 2ª).
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