jueves, 1 de agosto de 2019

Boris Johnson no descarta aplicar el "gobierno directo" en los Seis Condados ocupados

Desde El Mundo desarrollan la información de la siguiente manera (sin editar) - como es costumbre, apelamos a una lectura crítica del artículo.-

Boris Johnson ha puesto por primera vez el pie en Irlanda del Norte en calidad de primer ministro, con la misión imposible de sentar en la misma mesa a los unionistas del DUP y a los republicanos de Sinn Féin, incapaces de formar un gobierno de coalición tras las elecciones de marzo del 2017. Londres no descarta la posibilidad de aplicar el "gobierno directo" (versión local del Artículo 155) si persiste el vacío de poder y si se culmina finalmente el Brexit "sin acuerdo" el 31 de octubre.

"La gente de Irlanda del Norte ha estado sin gobierno y sin Asamblea en Stormont desde hace dos años y medio", recalcó Johnson a su llegada a Belfast. "Mi atención principal será ayudar a los partidos en lo que pueda para intentar llegar a un acercamiento".

Una portavoz de Downing Street confirmó entre tanto que el Gobierno británico tendrá listos "todos los mecanismos regulatorios y administrativos posibles" en el Ulster, como parte de los preparativos en el caso de una ruptura con la UE sin acuerdo. Según un informe interno elaborado por el alto funcionario Mark Sedwill, y revelado por el Financial Times, los poderes actuales del secretario para Irlanda del Norte serían insuficientes para poder hacer frente a la situación creada por el "no deal" y por tanto haría falta aplicar el "gobierno directo".

Los dos fantasmas, el del Brexit sin acuerdo y el del 155 "a la británica'', han planeado sobre Boris Johnson a su llegada a Belfast. El "premier" se vio de entrada con Arlene Foster, la líder del Partido Democrático Unionistas (DUP), que coincidió con Johnson en la necesidad de reclamar a la UE la eliminación la controvertida "salvaguarda" para evitar la vuelta a la frontera dura en Irlanda.

"Es muy importante que nos centremos en intentar llegar a un acuerdo, en vez de centrarnos solamente en un escenario de "no deal"", advirtió Foster a Johnson. La líder del DUP acusó sin embargo a la UE de adoptar "un posición beligerante" durante las negociaciones y de "querer romper el Reino Unido" con la imposición de la "salvaguarda" para mantener el alineamiento regulatorio entre las dos Irlandas.

"El primer ministro tiene que ser imparcial"

Johnson se entrevistó en la mañana del miércoles con la líder de Sinn Féin, Mary Lou McDonald, que le acusó directamente de "complacencia" hacia los "daños colaterales" que pueda sufrir Irlanda por el Brexit. "No hay duda de que las prioridades de Boris Johnson son los intereses de los "tories" y los intereses británicos", agregó McDonald, que aseguró que el acercamiento entre los conservadores y el DUP (cuyos diez diputados necesitan para tener mayoría en Westminster) ha servido para "envenenar" la situación en Irlanda del Norte.

"Para que la situación avance, tenemos que asegurarnos de que el primer ministro es imparcial y que no ejerce de recadero de los unionistas", advirtió McDonald. "Tiene que dejar de agasajarles y necesita recordarles la realidad de la vida". McDonald advirtió de paso a Boris Johnson que el escenario del "no deal" abrirá las puertas a un referéndum de unificación: "Si llegamos a esa situación extrema, es impensable que no se celebre una consulta sobre el futuro de la isla".

McDonald acusó por último a Johnson de escorarse hacia el lado unionista al prometer durante su campaña una amnistía a los veteranos de las fuerzas de seguridad británicas implicados en abusos durante la época turbulenta del Ulster. El otro punto de litigio entre el DUP y Sinn Féin es la insistencia de los republicanos en una ley de de "normalización" de la lengua irlandesa.

El recuerdo de la época de los disturbios

Theresa May amenazó varias veces con implantar el "gobierno directo" durante sus tres años de mandato, pero finalmente optó por hacer la vista gorda y permitir que Irlanda del Norte funcionara por inercia, sin gobierno local pero con los servicios garantizados y con una inyección extra de 1.150 millones de euros a cambio del pacto de "confianza y suministro" sellado con los diez diputados del DUP (que sin embargo boicotearon su acuerdo con Bruselas).

La amenaza del "gobierno directo" estuvo muy presente durante las conservaciones de Boris Johnson con los dos grandes partidos. El "direct rule" trae directamente a la memoria de los norirlandeses la época de los disturbios (The Troubles), cuando fue aplicado durante 26 años consecutivos entre 1972 y 1998. Tras el Acuerdo de Paz de Viernes Santo, que estipula la formación de gobiernos de unidad, el "direct rule" se aplicó temporalmente en el 2000, en el 2001 y durante cinco años entre el 2002 y el 2007.

La alianza sellada entonces por el líder unionista Ian Paisley y por el republicano Martin McGuinness (rebautizados como "los hermanos risitas") duró un larga década. El escándalo de corrupción del DUP hizo saltar el Gobierno de unidad por los aires y acabó en las elecciones locales de marzo del 2017, en las que por primera vez los partidos unionistas perdieron la mayoría y el Sinn Féin se quedó a 1.168 votos de convertirse en el principal partido de Irlanda del Norte.

La falta de química entre la líder unionista Arlene Foster y la líder local del Sinn Féin, Michelle ONeill, ha imposibilitado desde entonces la posibilidad de un Gobierno de unidad, en medio de la incertidumbre creada por el Brexit y de la renovada actividad terrorista del Nuevo IRA, que culminó el pasado mes de abril con el asesinato en Derry de la periodista Lyra McKee.

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