Iñigo Gurruchaga desarrolla la información de la siguiente manera (sin editar):
El ministro británico de Hacienda, George Osborne, confirmó ayer [el día 3] la disposición de Londres de transferir la competencia de fijar el impuesto sobre los beneficios de las sociedades a Irlanda del Norte, con la condición de que los partidos de la provincia acuerden un plan fiscal sostenible en la negociación que mantienen, que contiene también enrevesados asuntos políticos.
Osborne presentó ayer la Declaración de Otoño, que incluye, además de las previsiones fiscales recientes, medidas que complementan la ley de presupuestos, que se presenta al Parlamento en marzo o abril. En ambos casos, serán las últimas propuestas y decisiones del actual Gobierno de coalición antes de las elecciones de mayo.
La propuesta de Osborne sobre Irlanda del Norte desarrolla la descentralización fiscal y administrativa que ha emprendido el Gobierno tras el referéndum sobre la independencia en Escocia, el pasado septiembre. El Ejecutivo se comprometió hace una semana a transferir nuevas competencias a Edimburgo y, en particular, la facultad de fijar sus tipos para el impuesto sobre la renta.
La competencia sobre el impuesto de sociedades es una larga reivindicación de los partidos de Irlanda del Norte, cuya economía atrae menos de una tercera parte de inversiones extranjeras que la república del sur, donde el tipo de impuesto de sociedades es el 12,5%, por debajo del 21% que se aplica en el Norte como parte de Reino Unido. Irlanda ha atraído sedes fiscales de grandes corporaciones, como Apple o Google. La simpatía de las autoridades de Londres hacia la reivindicación norirlandesa ha chocado con el rechazo de Belfast para aplicar los recortes en el sistema de Seguridad Social introducidos por el Gobierno británico.
En octubre, pidió al Tesoro un préstamo excepcional de 120 millones de euros para hacer frente a sus pagos, que lo condicionó a que se apliquen los recortes que ya sufren otras regiones de Reino Unido. El ministro norirlandés de Hacienda, Simon Hamilton, ha vencido la resistencia de Sinn Fein en el Ejecutivo compartido a los recortes de Londres y el viceministro principal, Martin McGuinness, ha afirmado que su proyecto de presupuesto, que debe aprobarse en marzo y contiene recortes sustanciales y una multa de unos 170 millones por su no aplicación anterior, es «el mejor acuerdo posible».
Otros partidos lo rechazan y el acuerdo de recorte presupuestario que, según algunos sindicatos, supondría la reducción de 6.000 empleos en un sector público que representa el 30% del empleo en la región, se combina en las conversaciones entre partidos con la aplazada negociación sobre el uso de banderas, víctimas, reconciliación, o marchas orangistas, estancada desde hace más de un año.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos envió antes al diplomático Richard Haass para mediar entre los partidos y ha designado ahora al senador Gary Hart, que fue candidato a presidente dos veces en la década de los ochenta. Los partidos norirlandeses se enfrentan ahora al reto de acordar un paquete de impopulares medidas políticas y fiscales en el camino hacia las elecciones autonómicas del 2016. Si los partidos del norte llegan a un acuerdo que permita la transferencia del impuesto de sociedades, el Sinn Fein, único partido organizado en toda la isla, tendría que decidir si apoya un tipo que compite con el existente en el sur, donde respalda el mantenimiento del 12,5%.
El ministro británico de Hacienda, George Osborne, confirmó ayer [el día 3] la disposición de Londres de transferir la competencia de fijar el impuesto sobre los beneficios de las sociedades a Irlanda del Norte, con la condición de que los partidos de la provincia acuerden un plan fiscal sostenible en la negociación que mantienen, que contiene también enrevesados asuntos políticos.
Osborne presentó ayer la Declaración de Otoño, que incluye, además de las previsiones fiscales recientes, medidas que complementan la ley de presupuestos, que se presenta al Parlamento en marzo o abril. En ambos casos, serán las últimas propuestas y decisiones del actual Gobierno de coalición antes de las elecciones de mayo.
La propuesta de Osborne sobre Irlanda del Norte desarrolla la descentralización fiscal y administrativa que ha emprendido el Gobierno tras el referéndum sobre la independencia en Escocia, el pasado septiembre. El Ejecutivo se comprometió hace una semana a transferir nuevas competencias a Edimburgo y, en particular, la facultad de fijar sus tipos para el impuesto sobre la renta.
La competencia sobre el impuesto de sociedades es una larga reivindicación de los partidos de Irlanda del Norte, cuya economía atrae menos de una tercera parte de inversiones extranjeras que la república del sur, donde el tipo de impuesto de sociedades es el 12,5%, por debajo del 21% que se aplica en el Norte como parte de Reino Unido. Irlanda ha atraído sedes fiscales de grandes corporaciones, como Apple o Google. La simpatía de las autoridades de Londres hacia la reivindicación norirlandesa ha chocado con el rechazo de Belfast para aplicar los recortes en el sistema de Seguridad Social introducidos por el Gobierno británico.
En octubre, pidió al Tesoro un préstamo excepcional de 120 millones de euros para hacer frente a sus pagos, que lo condicionó a que se apliquen los recortes que ya sufren otras regiones de Reino Unido. El ministro norirlandés de Hacienda, Simon Hamilton, ha vencido la resistencia de Sinn Fein en el Ejecutivo compartido a los recortes de Londres y el viceministro principal, Martin McGuinness, ha afirmado que su proyecto de presupuesto, que debe aprobarse en marzo y contiene recortes sustanciales y una multa de unos 170 millones por su no aplicación anterior, es «el mejor acuerdo posible».
Otros partidos lo rechazan y el acuerdo de recorte presupuestario que, según algunos sindicatos, supondría la reducción de 6.000 empleos en un sector público que representa el 30% del empleo en la región, se combina en las conversaciones entre partidos con la aplazada negociación sobre el uso de banderas, víctimas, reconciliación, o marchas orangistas, estancada desde hace más de un año.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos envió antes al diplomático Richard Haass para mediar entre los partidos y ha designado ahora al senador Gary Hart, que fue candidato a presidente dos veces en la década de los ochenta. Los partidos norirlandeses se enfrentan ahora al reto de acordar un paquete de impopulares medidas políticas y fiscales en el camino hacia las elecciones autonómicas del 2016. Si los partidos del norte llegan a un acuerdo que permita la transferencia del impuesto de sociedades, el Sinn Fein, único partido organizado en toda la isla, tendría que decidir si apoya un tipo que compite con el existente en el sur, donde respalda el mantenimiento del 12,5%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario