sábado, 13 de septiembre de 2014

Divisiones enquistadas entre partidos del gobierno compartido norirlandés

Ponemos un artículo -sin editar- de La nación Mundo - EFE; El ministro principal norirlandés, Peter Robinson, aseguró ayer (el día 9) que el Gobierno compartido entre católicos y protestantes ya no sirve “para cumplir con su cometido” y pidió la apertura de una ronda de conversaciones para superar la crisis del proceso de paz.

En un artículo que publicó el martes el diario Belfast Telegraph , el líder unionista, partidario de la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido, consideró necesaria la implicación de Londres para resolver las cuestiones que mantienen divididos a los partidos del Ejecutivo.

En este contexto, aboga por el establecimiento de unas negociaciones de paz similares a las que en el 2006 lograron en Saint Andrews, Escocia, desatascar el proceso de paz, en crisis tras la suspensión de la autonomía norirlandesa cuatro años antes.

Gracias a esas negociaciones, el entonces líder del Partido Democrático Unionista (DUP), el reverendo Ian Paisley, aceptó formar en el 2007 un Ejecutivo compartido con el “número dos” del Sinn Féin, Martin McGuinness, excomandante del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).

Robinson, quien sustituyó a Paisley como ministro principal en el 2008, sostiene ahora que el llamado acuerdo de Saint Andrews sirvió para ofrecer una solución “a corto plazo” a los problemas del proceso de paz.

Ahora, arguye, el sistema político creado tras aquellas negociaciones responde a las cuestiones que mantienen divididos a las formaciones de "manera lenta y perezosa".

“Las estructuras adoptadas obligan a que cada asunto de importancia deba tener el respaldo de las comunidades, un proceso que hubiera puesto a prueba y hubiera acabado con coaliciones (de gobierno) menos divergentes”, escribió el líder protestante.

A finales del pasado año, el mediador estadounidense Richard Haass mantuvo conversaciones con los partidos para tratar de resolver asuntos controvertidos que están afectando la marcha del proceso de paz, como las banderas, los desfiles protestantes o la cuestión del legado de 30 años de un conflicto que dejó más de 3.500 muertos.

Aquellas conversaciones concluyeron sin éxito, motivo por el que Robinson pide la participación de Londres en el diseño de un nuevo modelo político.

Su adjunto en el Ejecutivo, Martin McGuinness, dijo ayer que el Gobierno es capaz por sí solo de solucionar “los grandes desafíos a los que se enfrenta el proceso político”, pero rechazó la idea de replicar las negociaciones de Saint Andrews.

“Negociaciones de altavoz o desarrolladas bajo el foco de los medios de comunicación son contraproducentes”
, sostuvo el dirigente nacionalista.

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