martes, 2 de octubre de 2012

Más del 60% de los ciudadanos cercanos a algún 'muro de Paz' los consideran necesarios aún

Más de dos tercios de las personas que viven cerca de los eufemisticamente llamados "muros de Paz" en el Norte creen que siguen siendo necesarias, de acuerdo con una nueva investigación academica de la Universidad de Ulster (UU).

Han pasado casi 50 años desde que el primer 'muro de la paz' fue erigido en el Norte - y a pesar de los logros del Proceso, más de dos de cada tres personas que viven cerca de ellos, no puede imaginar un momento en que las paredes ya no sean necesarias.

La investigación dice que las zonas unionistas/lealistas (protestantes) están más a gusto con los muros. Por ejemplo Fountain en Derry siente que los necesita.

Actualmente hay casi 90 barreras que separan los barrios 'católicos' y 'protestantes' en el Norte, la mayoría de ellos en Belfast, con un aumento desde el acuerdo de Viernes Santo de 1998.

Los resultados de la investigación financiada por el gobierno llegan en medio de iniciativas en curso para explorar la posibilidad de reducir el número de muros para el año 2014/15, uno de los compromisos del Ejecutivo del Norte en su Programa de Gobierno.


Uno de los autores del informe, el Dr. Jonny Byrne, dijo: "Es importante reconocer que el 69% de las personas que viven cerca del muro de paz creen que siguen siendo necesarias - debido a la posibilidad permanente de la violencia (la cifra baja al 38% si contemplamos la población general norirlandesa y el 76% de este colectivo «fronterizo» cree que los muros «incrementan la seguridad de las personas» -lo mismo cree el 63% de los encuestados, vivan cerca o lejos de los muros-)" .

"Aunque al 58% le gustaría ver los muros quitados ahora o en algún momento en el futuro, sólo el 38% podría prever un momento en que esto vaya a pasar".

Otro Co-autor Dr. Cathy Gormley-Heenan dijo que la investigación había indicado también hay que proporcionar más información y tener un mayor compromiso con las personas que viven cerca de las paredes, y que eso facilitaría un mejor debate público sobre el tema.

"el 64% de la población en general cree que los muros de paz debe ser una gran prioridad para el gobierno de Irlanda del Norte - y al 63% de los residentes cercanos les gustaría saber más sobre las iniciativas y debates sobre los muros de la paz", dijo.

"Hubo una gran confusión entre los residentes cerca de los muros de paz sobre exactamente quién fue el responsable de la toma de decisiones en torno a los muros de sus áreas -. Sólo el 4% identificó correctamente que la responsabilidad actualmente recae en el Departamento de Justicia".

Los datos del informe que desarrollan en ABC son los siguientes:

El 63% de los norirlandeses cree que los muros mejoran su seguridad 

A la hora de imaginarse un futuro sin lo que muchos consideran muros de la vergüenza, solo el 58% de quienes viven cerca de ellos desean que sean derribados o bien ahora (14%) o bien en el futuro (44%). Entre la población general de Irlanda del Norte, hasta un 76% quiere ver los muros desaparecer en algún momento.
Según los autores del informe, elaborado por expertos de la Universidad del Ulster para el gobierno regional, «si bien una parte cree que las cosas mejorarán en los próximos años, sigue habiendo un grado de pesimismo considerable sobre cómo será el paisaje físico en el futuro».

Pesimismo concentrado en Belfast

Esa incapacidad de imaginar un futuro sin muros, fruto de una percepción de riesgo e inseguridad siempre a flor de piel en ciertos barrios, se concentra en Belfast y, en concreto, en aquellos que viven cerca de una de las llamadas «líneas de la paz». Según el estudio, esta población directamente colindante con las líneas de demarcación sectaria representa el 27% de la población norirlandesa, aunque podrían ser más si tenemos en cuenta que un 19% de los encuestados aseguran no tener claro cómo de cerca están los muros. 

Se trata de enclaves urbanos caracterizados por una militante homogeneidad cultural, una geografía asfixiante con verjas y vallas atrapando siempre la línea del horizonte, y unos niveles socioeconómicos muy inferiores a la media. «Los barrios con muros de la paz en Belfast se sitúan dentro del 10% de los distritos electorales más desfavorecidos social y económicamente de Irlanda del Norte», advierten los autores del informe, liderados por el profesor Johnny Byrne.

Curiosamente, solo el 41% de quien tiene un muro de la paz cerca dice sentirse «atrapado», y un 53% valora que sirven como «atracción turística» (solo el 38% de la población general lo ve así). En efecto, es habitual ver autobuses o taxis con «turistas del conflicto» recorriendo los escenarios de años de violencia cruel y fratricida, simbolizados por unos 80 muros y barreras de separación disfrazados de paz (la mayoría, sorprendentemente, erigidos después del acuerdo de paz del 98).

El informe ha sido realizado a partir de encuestas a casi 1.500 personas en todo el Ulster. Según los autores, el porcentaje de respuesta a la encuesta rondó el 30%, un buen indicador del temor existente aún a manifestar las opiniones. Y un vistazo más detallado a los datos permite identificar un especial apego a los «muros de la paz» entre la comunidad protestante, que los ve como un dique de contención frente a lo que perciben como una agresiva expansión demográfica y geográfica de los católicos. 

La comunidad unionista/lealista 'protestante' se siente más a la defensiva que la nacionalista/republicana 'católica'

Así, el 59% de los protestantes que viven cerca de un muro considera que estos les permiten «celebrar nuestra cultura libremente», frente a un 42% de católicos que comparte esa sensación. El 43% de los protestantes residentes en estas zonas fronterizas cree que las barreras y vallas «protegen el sentido de identidad» de su comunidad, frente a un escaso 20% de católicos residentes cerca de un muro que opina lo mismo. De hecho, el 45% de los católicos norirlandeses cree que no existirán los muros en el futuro, frente a solo un 23% de protestantes que lo ve así.
A la luz de estos datos, los investigadores de la Universidad del Ulster advierten a los políticos norirlandeses que «deberán considerar por qué los datos indican que existe en este momento menos gente que quiere ver los muros derribados que la que había hace cuatro años».

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