miércoles, 27 de octubre de 2010

Halloween

Desde el diario Público nos hablan un poco de esta celebración:

Celta, pagana y de las brumosas tierras del norte. La celebración de Halloween comenzó en Irlanda hacia el año 100 de nuestra era. Se trataba de una fiesta pagana que los celtas celebraban con el nombre de Samhain, una antigua palabra gaélica que significa el final de la cosecha. Entonces se almacenaba el grano y se sacrificaba el ganado para aguantar el duro invierno. Durante la noche de Samhain, los espíritus de los muertos volvían al mundo de los mortales, así que encendían enormes hogueras, se ponían máscaras y ropajes que daban miedo para ahuyentar a los malos espíritus, confundirlos y que no les llevarán consigo.

En Irlanda Halloween es muy popular y mucha gente se disfraza de manera estrafalaria con el único objeto dar miedo. Los niños van de casa en casa pidiendo golosinas para asustar al que no se las dé, y se colocan linternas de calabaza en casi todas las casas. Un dulce típico es el Barm Brack, un bizcocho que esconde un anillo y un penique dentro: Te casarás este año si encuentras el anillo y tendrás fortuna si encuentras el penique. También son muy populares las hogueras en la noche de Halloween para ahuyentar a los espíritus malignos. Las calles y plazas adquieren un tono divertidamente infernal.

¿Truco o trato? Lo tuyo pa mi saco. Se llama Trick-or-treating. Siguiendo esta tradición, los niños en Halloween se disfrazan y van por las casas pidiendo golosinas. Cuando les abren la puerta ellos preguntan Trick or treat?. La palabra trick amenaza con hacer una travesura si el propietario de la casa no les da un treat (golosina). Los niños, si el dueño es generoso, cantan una canción.

Una jack-o'-lantern es una calabaza tallada a mano, el icono de Halloween. Según la leyenda irlandesa de Stingy Jack, un viejo granjero avaro, gran bebedor y jugador, convenció al diablo para que subiera a un árbol y lo atrapó tallando una cruz en el tronco. Como venganza, el diablo hizo un conjuro a Jack condenándole para siempre a vagar por la tierra todas las noches con la única luz que tenía: una vela dentro de una calabaza vaciada.

Ululantes fantasmas y escalofriantes castillos
Los irlandeses tienen sus propios fantasmas. Los más peculiares son las Banshees, espíritus femeninos de la mitología irlandesa, que cuando aparicen lo hacen para traer un mensaje del otro mundo y un presagio de la muerte. En la leyendas irlandesas las banshees son las primeras en acudir y gimen por toda la casa cuando alguien está a punto de morir. Cuando varias banshees aparecen a la vez se indica la muerte de alguien honorable o santo. Que siempre ha habido clases.

En la historia de Irlanda, a lo largo de los siglos, han ido de la mano la violencia y el derramamiento de sangre. No sorprende que en un sinfín de lugares recuerden horripilantes acontecimientos del pasado y que hayan dado lugar a espantosas apariciones. Los fantasmas irlandeses no quedan confinados a viejas leyendas de espíritus y espectros, en noches frías y oscuras. Siguen muy ocupados aún hoy.

En las ruinas del Castillo McMahon, en el Condado de Clare, hay una habitación cerrada en la que se encuentra un espíritu tan maligno que nadie que haya echado un vistazo dentro ha sobrevivido para contarlo. El Castillo de Skyrne, en el Condado de Meath, parece estar habitado por varios espectros, entre otros el de una monja, y una figura alta con capa y su perro. El Castillo de Killua, en el Condado de Westmeath, que fue residencia de la familia del gran T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia), fue abandonado hace mucho tiempo ante la imposiblidad de soportar extraños ruidos y movimientos durante la noche. En el Castillo de Athcarne, en el Condado de Meath, se escuchan gritos de soldados moribundos; afuera, se asegura haber visto a un soldado colgado de un gran roble en la finca. En el Castillo de Leap, del Condado de Offaly, vagan numerosos fantasmas y espíritus, habiendo sido visto el fantasma de una chica muy joven en varias ocasiones. El Castillo Kinnity, en el Condado de Offaly, es uno de los castillos más encantados de Irlanda. En numerosas ocasiones ha sido visto el fantasma Monk of Kinnitty atravesando los muros de esta edificación. A menudo se comunica con una extraña naturalidad con el personal de servicio del castillo, e incluso, con algunos visitantes.

Irlanda, ciertamente, resulta ideal para pasar un feliz y terrorífico Halloween.

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