miércoles, 3 de junio de 2009

Campaña unionista agitada

En una campaña agitada en el campo unionista tengo que hacerme eco esta vez de un tercer concejal del DUP que abandona el partido en los últimos días(anteriormente uno del UUP se pasó al DUP).

Jim Kirkpatrick concejal de Belfast, que ha servido dos veces como alto alguacil, dijo que se había desilusionado con el DUP y se ha sumado al UUP.

"También creo que el DUP ha perdido el contacto con lo que una vez fue su núcleo de voto, especialmente en fincas y en las zonas rurales", dijo.

Harry Greenaway y Deidre Nelson han desertado al UUP y conservadores, respectivamente, el lunes.

Y a raiz de todas estas noticias del campo unionista rescato un comentario de Soledad GALIANA para el periódico vasco Gara:

¿Apoyan los votantes la actuación del gobierno pluripartito y, específicamente, la alianza entre DUP y Sinn Féin? ¿Es la coalición con partidos políticos externos al panorama político norirlandés la solución a la pérdida de votos? ¿Será el final del panorama político norirlandés el que Sinn Féin resulte ser el partido más votado en estas elecciones?

Empecemos por la última pregunta, porque en estos momentos de la carrera electoral parece ser la que más preocupa a cierto sector del unionismo y específicamente a la candidata del DUP, Diana Dodds, que durante la presentación de su programa europeo, no pudo sino referirse a lo que es el gran tabú para su partido: el ser superados por primera vez por un partido nacionalista en una elección. «Un desastre para el unionismo» si la candidata de Sinn Féin, Bairbre de Brún, es la más votada, y un doble desastre, se podría añadir, si la división del unionismo facilita que dos de los tres representantes del norte de Irlanda en el Parlamento europeo sean nacionalistas.

La causa de la advertencia de Dodds es clara: el que el eurodiputado tránsfuga del DUP, Jim Allister, también concurra a las elecciones, podría dividir a los votantes tradicionales del DUP, y facilitar la elección de la candidata republicana con el mayor número de votos, rompiendo una tradición de victoria que su partido inició en 1979. Y Dodds quiere reconciliarse con el otro partido tradicional unionista, el UUP, pidiendo a sus votantes que transfieran sus segundas preferencias a su candidato, Jim Nicholson. Sin embargo, el perdón no le ha llegado al tránsfuga Allister, al que el DUP define como «un solitario que va por libre».

En lo que se refiere a las coaliciones electorales, estas europeas ponen a prueba los planes de unificación entre conservadores británicos y los unionistas del UUP, que concurren a las elecciones bajo la denominación Conservadores y Unionistas del Ulster: Nueva Fuerza.

El UUP vende esta alianza a sus bases como un refuerzo de los vínculos políticos con Gran Bretaña, que tan importantes son para la tradición unionista, mientras que para los conservadores es una oportunidad de abrir un frente en un área en la que los laboristas británicos no tienen presencia. Sin embargo, las anécdotas hacen cuestionarse el interés de los conservadores en esta fusión. El pasado 21 de mayo, el día en el que el líder conservador David Cameron visitaba el norte de Irlanda, el candidato del TUV, Jim Allister, hacía público el apoyo de dos eurodiputados conservadores -Dan Hannan y Roger Helmer- a su candidatura. Es de imaginar que Cameron, o el candidato conservador-unionista a esta elección, Jim Nicholson, no deben estar demasiado contentos con estos apoyos.

Por otra parte, la coalición con los conservadores podría costarle a Nicholson la transferencia de votos nacionalistas del SDLP, que en las elecciones de 2004 le valieron el escaño en Bruselas. La alianza con los conservadores británicos, y la decisión de Cameron de abandonar el grupo de los populares europeos para unirse a partidos euroescépticos de extrema derecha no es la mejor estrategia para atraer los votos de los nacionalistas laboristas. Y ello podría no sólo costarle el escaño a Nicholson, sino permitir a un segundo candidato nacionalista, Alban Maginnis, arrebatárselo a los unionistas.

La respuesta a la primera pregunta sigue siendo una incógnita imposible de revelar en unas elecciones en las que se cuentan tantos factores como los mencionados.

Para algunos, la respuesta será tan simple como la suma de los votos del DUP con los de Sinn Féin y una comparación con los obtenidos por el resto de los partidos... Pero en un panorama tan complejo como el norirlandés hay que considerar el resto de los factores, y especialmente, el de las divisiones políticas unionistas.

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