viernes, 12 de febrero de 2021

Los tribunales “Diplock”

Los Diplock Courts son un tipo especial de juzgados, establecidos por el gobierno del Reino Unido en el norte de Irlanda , supuestamente para evitar las intimidaciones a las que eran sometidos los miembros del jurado a la hora de juzgar aquellos casos que tenían relación con los llamados grupos paramilitares (tanto republicanos como lealistas) dentro del contexto del Conflicto del Norte.

La característica principal de estos juicios era la suspensión del derecho a ser juzgado por un jurado popular.

Su nombre proviene del legislador Lord Diplock, cuyo objetivo era la criminalización de las actividades paramilitares, es decir, eliminar cualquier tipo de distinción legal entre delitos políticos y delitos comunes. Esta degradación del estatus fue lo que provocó el inicio de las huelgas de hambre de 1981.

Hasta no hace mucho las Diplock Courts sólo habían condenado a paramilitares. Sin embargo, el 20 de Diciembre de 2005 se sentenció un supuesto simpatizante de Al Qaida a 6 años de prisión por poseer información que podía ser utilizada para atentar contra aviones.

En Agosto de 2006 se anunció que las Diplock Courts serían abolidas en Julio de 2007. Sin embargo, los jucios sin jurado se seguirán utilizando en casos excepcionales.

Los tribunales Diplock subvirtieron las normas clásicas de investigación y extendieron los períodos de interrogatorio para crear una atmósfera en la que el tradicional derecho a permanecer en silencio amparado por el ordenamiento jurídico británico fuera sustituido por el deseo de confiar en el interrogador.

Estos tribunales incumplieron leyes y violaron derechos, y eso a pesar de las recomendaciones del Consejo de Europa, que decían que los procedimientos de la lucha antiterrorista deben ser compatibles con las instituciones democráticas -pues supuestamente nacen para preservarlas– y han de respetar siempre las constituciones nacionales y el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Los tribunales “Diplock” (compuestos por un solo juez y sin jurado) para los denominados "casos de terrorismo", fueron establecidos en 1973 por la -Ley de Disposiciones de Excepción para Irlanda del Norte-, desde su establecimiento fueron motivo permanente de preocupación para Amnistía Internacional, que vio avalado por análisis independientes como el encargado al abogado holandés Douwe Korff y sus críticas de que no cumplían con los estándares internacionales para un juicio justo.

Muchas eran las dudas: amplios poderes de arresto y detención –hasta siete días- de policía y ejército, interrogatorios sin derecho al silencio ni control judicial, derechos reducidos de la defensa, admisión de declaraciones obtenidas con fuerte ‘presión psicológica’ –interrogatorios “enérgicos, persistentes y decididos” y en condiciones de aislamiento y fatiga-, mayoría de condenas basadas en la sola evidencia de la autoinculpación -escrita o supuestamente verbal- ante la policía, derecho limitado de apelación que no evaluaba la cuestión fundamental de la fiabilidad de esa confesión…

Un marco de insuficiente nivel probatorio que se completaría en 1983-1985 con sentencias apoyadas en el testimonio no corroborado de los ‘supersoplones/supergrass‘, a veces presuntos delincuentes que denunciaban a sus supuestos cómplices bajo promesas de exculpación, sentencias leves o dinero y nueva identidad.

De las 65 declaraciones de culpabilidad por esa vía, 64 fueron anuladas por el Tribunal de Apelación, en algunos casos tras pasar varios años en prisión antes y después del juicio.

Más de 15 años pasaron en la cárcel, siendo inocentes, los “Seis de Birmingham” y los “Cuatro de Guildford”, condenados por las bombas del IRA que en 1974 causaron 26 muertes en tres pubs de esas localidades británicas.

El gravísimo error judicial se apoyó en autoinculpaciones extraídas con malos tratos, falsos testimonios de agentes, pruebas fabricadas por la policía y ocultación de otras.

Esa cadena de abusos oficiales quedó impune, aunque en 2005 el entonces primer ministro Tony Blair pidió perdón públicamente por las injustas condenas a los “Cuatro de Guildford”, que hizo extensivas a los “Siete Maguire”, condenados en un caso paralelo y cuya historia conjunta sirvió de argumento a la película “En el nombre del padre”.

Referencias usadas:
http://blog.es.amnesty.org/50aniversario/irlanda-del-norte-la-lucha-por-los-derechos-humanos-en-el-patio-de-casa-de-ai/
Diplock Courts.

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