viernes, 11 de mayo de 2012

‘La guerra del IRA de McGuinness’ - Brian Rowan

De la mano de Innisfree pongo una traducción de un texto del periodista Brian Rowan, antiguo redactor de seguridad de la BBC en Belfast y actual colaborador del Belfast Telegraph y de la Ulster TV.

El periodista Brian Rowan, antiguo redactor de seguridad de la BBC en Belfast y actual colaborador del Belfast Telegraph y de la Ulster TV (es decir, no se trata de un republicano militante, precisamente), ha escrito este interesante análisis sobre la búsqueda de la verdad acerca del pasado como dirigente del IRA del actual Viceprimer Ministro norirlandés Martin McGuinness y las consecuencias que podría tener en el resto de actores del conflicto y del proceso de paz (policía, ejército, unionistas, gobiernos…).

La guerra del IRA de McGuinness

Brian Rowan

A veces me pregunto cómo la gente seria realmente está a punto de llegar al fondo de la historia de Martin McGuinness/IRA, o la historia de Gerry Adams/IRA, o la historia del IRA en sí.

¿Alguien realmente cree que una comparecencia en el Tribunal Smithwick abriría la puerta a las respuestas? Si lo creen, entonces son muy ingenuos. Martin McGuinness formaba parte de la organización IRA; era una figura de liderazgo en ese grupo y uno de los principales actores en nuestro escenario de guerra.

Yo no conozco a nadie con conocimiento o comprensión detallada de este conflicto que crea que él abandonó el IRA en la década de 1970. Él era un miembro del Consejo del Ejército (Army Council) y del Comando Norte del IRA. una organización que veía al RUC [policía norirlandesa] y el Ejército [británico] como el enemigo. Cientos de soldados y policías fueron asesinados. Los oficiales del RUC Harry Breen y Bob Buchanan son sólo dos de los nombres de esa larga lista.

Y la reciente sugerencia de que quienes estuvieron tras la emboscada fronteriza en 1989 en la que les quitaron la vida hubieran necesitado “cobertura política” de McGuinness para este tipo de ataque es simplemente inverosímil. Mira lo que hizo el IRA durante un período de varias décadas. No había nada políticamente sensible en este tipo de ataque, sino que era parte de la fría rutina del conflicto; parte de lo que se ha llamado la “larga guerra”.

En otra página, y en otro capítulo, lees el detalle de los otros asesinatos: los tiroteos del SAS [fuerzas especiales británicas] en Loughgall, Gibraltar y otros lugares [contra republicanos]. Son diferentes piezas del rompecabezas, parte de la imagen de la guerra.

También ha habido comentarios recientes acerca de la magnitud de la infiltración, sugiriendo que la mitad de las figuras de más alto rango del IRA estarían actuando como agentes o informantes. Si creemos esto, también tendríamos que creer que las agencias de inteligencia debían haber estado funcionando la mitad equivocada. ¿Cómo explicar si no los muchos puntos ciegos en los envíos de armas libias que se perdieron, el ataque con morteros a Downing Street [residencia del Primer Ministro británico] y la bomba de Brighton?

En 1994 el mundo policial/inteligencia no podía predecir los términos precisos del alto el fuego del IRA, su “cese completo de las operaciones militares”. No veía la bomba en los muelles de Londres que puso fin al alto el fuego, o las bombas del IRA dentro del cuartel general del Ejército [británico] en Irlanda del Norte en 1996.

Por lo tanto, los hechos hablan en contra de la sugerida infiltración de un 50% a nivel de dirección del IRA, y más bien sugieren que había una parte de la organización IRA que no fue vista ni oída.

La historia del IRA y la historia de Martin McGuinness no son más que piezas de un rompecabezas mucho más grande, un rompecabezas que no va a completarse en una investigación pública.

En dos discursos recientes, primero en Belfast y luego en Dublín, el Viceprimer Ministro [de Irlanda del Norte Martin McGuinness] dijo lo siguiente: “Los republicanos nos damos cuenta de que tratar con el pasado no será un proceso fácil para nosotros; los republicanos infligimos mucho daño durante el conflicto y también se nos infligió daño a los republicanos, pero si vamos a construir un nuevo futuro, es necesario y es un camino que yo no tengo miedo de recorrer”.

Y es en esas palabras que vemos un camino al pasado. Esto es, si la gente realmente quiere explorar la historia del IRA.

Para que Martin McGuinness recorra ese camino, muchos otros tendrán que caminar en la misma senda: fuerzas de seguridad, servicios de inteligencia, lealistas, políticos, incluidos los unionistas, los gobiernos británico e irlandés -a quienes se han formulado preguntas acerca de la colusión [participación en la guerra sucia apoyando a bandas paramilitares]-, las Iglesias, los medios de comunicación y otros.

La historia del IRA no será contada o explicada de forma aislada, en una circunstancia de un incidente o de una persona-, sino sólo en ese contexto más amplio. Así que, aunque Martin McGuinness vaya al Tribunal Smithwick, sería un ejercicio inútil, una completa pérdida de tiempo para todos.

Dentro de esa investigación, se ha propuesto al agente “Stakeknife”, un ex alto cargo del IRA que estaba trabajando para el Ejército [británico]. ¿Quién responde a las preguntas sobre él, y quién tiene más que temer de esas preguntas?

No es Martin McGuinness o el IRA, sino los que estaban manejando un agente cuya tarea en el interior del IRA era el sacrificio de otros informantes sospechosos, su interrogatorio y la preparación para su ejecución. Así de sucia se volvió esta guerra.

McGuinness fue uno de los principales actores en ese escenario de guerra, pero sólo uno de un elenco mucho más amplio que se extiende mucho más allá del IRA.

Por lo tanto, para conseguir su historia, muchas otras tienen que contarse y desde muchos lados y ángulos diferentes. El detalle no puede darse individualmente, sino en un contexto organizacional. Es posible que tenga que suceder en privado y no en público, y puede requerir el anonimato y la amnistía. Hasta el momento, no se ha elaborado nada de esto.

En la transición de la guerra a la paz, McGuinness ha sido una de las principales voces en los debates internos republicanos sobre los grandes asuntos del alto el fuego, el desarme, el final de la lucha armada, los acuerdos políticos y la aprobación de la nueva policía. Su papel en la guerra del IRA le dio credibilidad e influencia en estos debates, y esto también es parte de su historia.

La clave para encontrar un lugar para todas estas historias que contar y explicar está en la iniciativa que el Presidente nacional del Sinn Féin Declan Kearney está tratando de desarrollar: una discusión en sus primeras etapas, que tiene como temas principales la reconciliación y la curación de heridas.

Los políticos unionistas son más suspicaces que otros, quieren saber por qué ahora y han acusado a los republicanos de tratar de reescribir la historia de los Disturbios. Kearney ha respondido a esto en la última edición del periódico republicano An Phoblacht: “Los republicanos no necesitamos reescribir el relato”, dijo. Y acusó a los políticos unionistas de “perder el pulso… no reconocer la importancia de la participación significativa de cómo debemos tratar de abordar el dolor experimentado por todo nuestro pueblo durante la guerra”.

Esas palabras “todo nuestro pueblo” nos da el contexto fundamental, y la llave de la puerta. La historia del pasado no se trata de un individuo o una organización, y si se reduce a eso, entonces la historia no será contada y muchas puertas se mantendrán cerradas.

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